02/06/2021
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
“Tiende tu mano y enrédate”, es el lema de este año de la campaña institucional de Cáritas para el Día de la Caridad que la institución diocesana ha presentado este miércoles, 2 de junio, junto con la Memoria de su actividad durante el 2020. Un año marcado por la pandemia que ha sido “difícil, especialmente para las personas más vulnerables” y en el que la institución ha tenido que modificar su “hacer” y “estar” para poder acompañarlas, especialmente durante el periodo de confinamiento, como ha precisado el secretario general de la institución José María Rodríguez.
“Durante estos catorce meses, el virus ha removido por completo nuestro mundo. No ha distinguido fronteras, pero éstas tampoco las distingue la fe, la esperanza y el amor, ambas realidades son las que queremos compartir al presentar la memoria”, manifestaba Carmen Calzada, directora de Cáritas diocesana de Salamanca, al comenzar el acto. Ante las consecuencias familiares, sociales y económicas que estamos viviendo, Calzada ha precisado que “todos estamos confrontados de manera ineludible con esa realidad de pobreza, vulnerabilidad, incertidumbre, marginación, explotación e inmigración. A todos nos toca decidir si acercarnos y comprometernos por provocar un cambio real en nuestro estilo de vida o dar un rodeo y pasar de largo. Al presentar la memoria nos gustaría insistir de manera especial en este sueño de fraternidad y amistad social abierta a todos”.
La directora de Cáritas ha manifestado que la “situación de exclusión conocida” se”ha agravado” con motivo de la pandemia evidenciando una débil protección social, en este sentido Carmen Calzada ha reivindicado la necesidad de que “los poderes públicos arbitren medidas y legislen para proteger socialmente y económicamente a las personas que pueden quedar fuera. Estamos insistiendo muchísimo que la protección social se tiene que aglizar y aumentar”.
En el acto también ha intervenido el vicario general de la Diócesis de Salamanca, Florentino Gutiérrez, quien ha recordado la misión de Cáritas y quiénes integran esta gran familia: “los principales son los pobres, necesitados y excluídos; los voluntarios, Cáritas no sería nada sin ellos; los técnicos para llevar adelante los proyectos, los socios y donantes que colaboran, así como la comunidad cristiana y la sociedad civil que también colabora”.
El vicario ha invitado a hacernos eco “a las dos llamadas” que propone Cáritas en su campaña para el Día de la Caridad de este año. En primer lugar, “a enredarnos en esta movida” para que que seamos gente que desate los nudos que a otros les están esclavizando y empobreciendo”, y, en segundo lugar, a encontrar “gente con ángel”, que tiende la mano y se enreda con otros. Gutiérrez ha recordado cuál es la misión de Cáritas y quiénes integran esta gran familia “los principales son los pobres, necesitados y excluídos; los voluntarios, Cáritas no sería nada sin ellos; los técnicos para llevar adelante los proyectos, los socios y donantes que colaboran, así como la comunidad cristiana y la sociedad civil que también colabora”.
En la rueda de prensa se ha dado cuenta también de los datos de la actividad llevada a cabo a lo largo de 2020, en la que Cáritas diocesana ha acompañado a 14.887 personas invirtiendo 5.253.238 euros. La mayor partida económica ha sido la destinada a ayudas de atención primaria a las familias para el apoyo a la vivienda, tanto para el pago de suministros, como el alquiler o ayudas destinadas para alimentación, farmacia… y que ha permitido acompañar a 3.242 familias con un total de 14.928 atenciones, 9.108 más que en 2019. Este capítulo ha supuesto una aportación económica de 1.883.262 euros, 687.466 más que en el año anterior. Un hecho que viene mostrar “el impacto que ha tenido esta situación de pandemia en las familias, y el esfuerzo económico y de apoyo técnico y emocional que hemos tenido que hacer con las familias”, ha precisado José María Rodríguez.
Cáritas diocesana ha tenido que “reinventarse con la pandemia” en los diferentes programas, como ha apuntado el secretario general de la entidad. Así, el programa de mayores ha visto interrumpida su actividad de forma presencial y han sido acompañados en sus hogares y, en la medida que ha sido posible, se ha comenzado con encuentros al aire libre y actividades de grupo “con la intención de reducir el envejecimiento activo, y sobre todo, para que permanezcan en su entorno más próximo de convivencia”. Así, se ha acompañado a 215 mayores y 88 familias.
Rodríguez ha destacado el trabajo realizado con las personas en situación de exclusión social. En el centro de acogida Padre Damián para personas sin hogar se ha acogido a 102 personas y en el centro de día Espacio Abierto a 447, “cubriendo sus necesidades básicas”, centros que no han cerrado ningún día durante todo este tiempo. Además de recordar el trabajo de colaboración que llevaron a cabo junto con la administración al inicio del estado de alarma en el “albergue Lazarillo de Tormes”, como dispositivo de confinamiento para personas en situación de calle.
En cuanto a la atención integral de personas con VIH-Sida en 2020 fueron atendidas 64, de las cuales 20 residieron en la casa de acogida Samuel. A través del proyecto diocesano Ranquines, que abrió sus puertas hace cuatro años para dar respuesta a las personas con problemas de enfermedad mental y en situación de vulnerabilidad, el pasado año participaron en el proyecto 63 personas. Durante el confinamiento se reforzó el acompañamiento domiciliario que “sirve ahora para reforzar el apoyo en la vivienda de inclusión”, como ha apuntado José María Rodríguez.
En el área de drogodependencias han atendido 443 personas a través del programa de prevención Lazarillo, el servicio ambulatorio y el centro de día.
Respecto al área de insercción laboral se ha atendido a 1.895 personas, en sus servicios de información, orientaciónfrmación e intermediación laboral, de las cuáles 40 se han formado en distintos cursos a lo largo del año. Además, Cáritas ha facilitado que 175 de ellas encuentren un empleo.
Estos son solo algunos datos de las actividad llevada a cabo por Cáritas diocesana en Salamanca en el último año. Una labor “realmente extraordinaria”, como la ha calificado el vicario general Florentino Gutiérrez, que no sería posible sin la ayuda de los voluntarios (605 personas comprometidas con los más desfavorecidos, de las cuáles 103 forman parte del proyecto de voluntariado juvenil Molokai. Precisamente, Rodríguez ha destacado el esfuerzo realizado por el grupo Pándano en el acompañamiento a personas sin hogar durante las olas de frío); de los socios y donantes, las parroquias, administraciones públicas, las congregaciones religiosas, fundaciones y empresas, que “desinteresadamente prestan su apoyo, tiempo y esfuerzo por conseguir un mundo con unas oportunidades más justas y equitativas para todos”.
En cuanto al balance económico del ejercicio de 2020, Cáritas diocesana percibió 5.233.139 euros e invirtió 5.253.238 € en sus programas. Los ingresos proceden en su mayoría de donativos (1.382.435€), subvenciones, legados e ingresos privados; destaca en este apartado el fondo social creado por la Diócesis, gracias al cual “se ha podido sostener a tantas familias”, como ha apuntado Rodríguez en su comparecencia.
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