20/06/2019
La directora de Cáritas Diocesana de Salamanca, Carmen Calzada, realizó una radiografía clara de la situación actual de las personas en riesgo de exclusión social: “Buena parte de la sociedad necesita nuestro compromiso, hay mejoras, pero hay realidades que no cambian, o lo hacen débilmente, como el desempleo, estamos con más de 22.000 personas paradas en Salamanca, junto a trabajos precarios, personas sin hogar o el drama de la crisis migratoria”, enumeró durante la presentación de la memoria de 2018.
Asimismo, esta responsable advirtió que hay un grupo de personas que pese a estar activa en el mercado laboral, “deambulan en la exclusión, con entrada y salida del empleo de una forma constante”. Calzada insistió en que quería resaltar que hoy, “más allá de la dialéctica de los números, vivimos un momento histórico del olvido del ser humano en niveles alarmantes”. Y en este sentido, desde Cáritas, “nos urgen a seguir trabajando sin descanso para ser autores y protagonistas de su propio desarrollo”. La directora de Cáritas determinó que los pobres “no son números, son personas y resaltamos con más fuerza si cabe su voz y sus rostros”.
Por su parte, el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López, en la línea de la directora quiso acentuar “algo que ya es sabido, que Cáritas Diocesana es como la sección de la Diócesis de Salamanca para la atención caritativa y social”. El prelado cree que Caritas y Diócesis “no son cosas distintas, tiene su propio estatuto y autonomía, pero es parte de la Diócesis y de las actividades caritativas de la misma”.
En este sentido, López recordó que el Evangelio pivota dos realidades, “el amor de Dios y al projimo, ambos inseparables, reflexión del Papa Benedicto XVI, para tomar conciencia de una forma más clara de que la caridad es un elemento esencial de la misión de la Iglesia, la consecuencia práctica de la afirmación mayor, de la identidad de Cáritas y de la Diócesis”.
El obispo también resaltó cómo el presupuesto de Cáritas “prácticamente es una cantidad similar al de la Diócesis de Salamanca en su conjunto”, que oscila entre los 4,5 o 5 millones de euros, para este año, “y la previsión de futuro es una cantidad similar a la de Cáritas”. Y para Carlos López eso significa que la Diócesis destina a tareas más evangelizadoras, de predicar el Evangelio, los sacramentos, el acompañamiento pastoral, la dotación de nóminas a los sacerdotes, a las personas que colaboran, a la construcción de templos, casas parroquiales, etc., “todo ese conjunto de ingresos y gastos es similar al presupuesto de Cáritas de un año”. Para el prelado, los números hablan por sí solos, “una realidad única, con una doble actuación, de la Diócesis a través de un apartado de ella, y a través de Cáritas, que es parte integrante”.
En la presentación de la memoria de Cáritas de 2018, el responsable de desgranar las cifras fue su secretario general, José María Rodríguez, quien reiteró que detrás de la intervención de Cáritas “están las personas que hemos acompañado a lo largo del año 2018, con rostro, que hay que traducir en números para dar a conocer la realidad salmantina, el volumen de intervenciones de Cáritas. “No somos una ONG, conocemos nuestros valores, principios, los evangélicos, y toda la intervención ha sido posible gracias a la inmensa colaboración de muchas personas, entidades, reconociendo a la Diócesis con la apuesta a la promoción”, sentenció.
En ese sentido, Cáritas a lo largo de 2018 ha llegado a un total de 12.725 personas no repetidas, “participantes que hablamos nosotros”, y si se suman las de más de un proyecto la cifra asciende hasta las 21.000, en fase de acogida, promoción o inserción.
Respecto al anterior ejercicio, el incremento ha sido de unas 2.000 personas. “Es verdad que hemos superado la crisis macroeconómica, pero hay gente que se ha quedado fuera de la recuperación”, lamenta este responsable de la organización diocesana. En el balance que cada año hacen con motivo de la celebración del Corpus Christi, Día de la Caridad, puntualizaron que existen 33 grupos de Cáritas parroquiales, “en los que hay un trabajo de presencia y apoyo a las personas de una forma permanente a lo largo del año”.
En el área de acción comunitaria, que se centra en las parroquias, el servicio de acogida ha llegado a 2.424 familias a lo largo del año, “y de esas, se han acompañado con promoción familiar a 792 familiares”. Además, se han ayudado económicamente para vivienda, alimentación, suministros y otros gastos a 1.440 hogares, con una inversión de 678.527 euros.
Y a través de centros, intervención como ludoteca y apoyo al estudio, tiempo libre, se han llegado a 554 niños en distintos proyectos en toda la Diócesis. Con respecto al apoyo, promoción cultural y educativo, “tenemos un aula de mayores de 16 años para obtener el Graduado Escolar, con 39 personas, y de ellas, 10 lo han obtenido, y por módulos, otras 10 han ido aprobando, gente que no tiene un título básico, y con el apoyo lo va consiguiendo”, destacó Rodríguez.
Otro de los programas, el de inmigrantes, ha atendido en 2018 a 840 personas, 100 de ellas que proceden de situaciones de asilo, refugio o protección internacional, “que sin estar en el sistema nacional de acogida, han acudido a nuestros recursos para el pago de viviendas, participación en talleres formativos o el aprendizaje del castellano”.
En el área de inclusión, por ejemplo, en el centro de acogida Padre Damián han residido a lo largo del año 179 personas, de las 442 que pasaron por el servicio de acogida, “no todas pasan al alojamiento”, y la estancia media ha sido de 70 días, “ya que ofrecemos alojamiento con seguridad a las personas que están en la calle, no es un albergue temporal sino que está a disposición de lo que la persona necesite para la inserción”.
De entre los programas y centros de Cáritas destacar este año la Casa Samuel, destinada a enfermos de SIDA-VIH, que cumple su 25 aniversario, con 25 residentes en la actualidad. “Fue la primera casa que se abrió en Castilla y León, y solo queda ésta otra en Valladolid, con 170 personas que han residido en todo este tiempo, superando la media de 5 años de residencia”.
Más información en la web de Cáritas en este enlace
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