21/10/2020
El domingo 25 de octubre se celebra el Día de las personas sin hogar, con este motivo, Cáritas diocesana de Salamanca ha presentado esta mañana en rueda de prensa su campaña Personas Sin Hogar 2020. “No tener casa mata”, es el lema de la campaña que pretende “visibilizar el grave problema por el que pasan numerosas personas que se ven obligadas a vivir en la calle ante la imposibilidad de poder hacerlo en un espacio que reúna las mínimas condiciones de habitabilidad y expectativas”, como ha indicado Alfonso García, director de la casa de acogida “Padre Damián”, uno de los recursos del Programa Personas Sin Hogar de Cáritas diocesana de Salamanca.
Desde la entidad reivindican el derecho a una vivienda adecuada, “un derecho humano, necesario para preservar la dignidad de todas las personas” y apelan al conjunto de la sociedad a preguntarse “cómo se sienten sin vivienda y sin protección las personas sin hogar”. E inciden en que el impacto social y sanitario provocado por la pandemia de la covid-19 ha puesto de manifiesto “la realidad de muchas personas sin hogar o de personas que viven en infraviviendas, lugares poco salubres y dignos para vivir con cierta seguridad para quienes es una utopía adoptar las medidas decretadas por las administraciones”.
Ante este agravamiento de la vulnerabilidad al derecho humano de la vivienda en este tiempo de crisis extraordinario Cáritas lanza cuatro propuestas “para avanzar en un escenario de reconstrucción social que tenga especialmente en cuenta a las personas sin hogar”, como ha detallado David Martín, coordinador del recurso ‘Espacio Abierto’.
Cáritas considera que “es urgente una ley estatal de garantía de acceso a la vivienda donde se incluyan todas las situaciones de exclusión residencial y sinhogarismo”. Además, “es necesario incrementar el esfuerzo realizado por la Administración pública en materia de rehabilitación y mantenimiento del parque de viviendas, y promocionar la vivienda en alquiler social de forma preferencial”. Proponen que se defina e implemente “una estrategia específica de lucha contra la exclusión residencial/sinhogarismo, basada en un enfoque de derecho humano a la vivienda con dotación presupuestaria adecuada y apoyada en la coparticipación de los distintos niveles administrativos y diferentes administraciones”. Y, “continuar con la medida extraordinaria de paralización de desahucios y desalojos sin alojamiento alternativo en vivienda habitual en alquiler”.
Una de las actividades previstas para reivindicar los derechos de las personas sin hogar es el flashmob que tendrá lugar el jueves, 22 de octubre, a las 12.00 del mediodía en la Plaza Mayor, en el que van a participar personas de los distintos recursos de acogida de Cáritas y todos aquellos que lo deseen. La actividad de unos 10 minutos de duración, concluirá con la lectura de un manifiesto que ha sido elaborado por personas que han estado en la calle y viven en el centro de acogida Padre Damián.
Para dar respuesta a esta problemática Cáritas diocesana de Salamanca dispone de dos recursos: el Centro de Día ‘Espacio Abierto’ y la Casa de acogida Padre Damián. Dos espacios físicamente diferenciados pero que comparten un objetivo común: acompañar procesos de cambio y trabajar por la dignidad de las personas.
En lo que va de año el programa Personas Sin Hogar de Cáritas ha acogido a 555 personas sin hogar, de las cuáles un 19% han acudido por primera vez. El 82% de ellos son hombres y por procedencia el 58% son de nacionalidad española, un 14% de Europa, un 13% de países árabes y un 12% de Latinoamérica y Caribe. Por franjas de edad, el 73% de ellos están en un rango de 30 a 59 años, un 12% de 20 a 29 años y un 8% de 60 a 69 años.
Hace veinte años abría sus puertas la Casa de acogida Padre Damián, un recurso residencial que “trabaja desde la idea del proceso y del acompañamiento intensivo de la persona, el tiempo que se considere necesario hasta que se pueda iniciar una vida autónoma por si mismo”, como ha explicado Martín.
El Servicio de acogida y atención a personas sin hogar ha atendido a 223 personas, de las cuáles 30 acudían por primera vez. Respecto a la Casa Padre Damián se han registrado un total de 155 ingresos en los que han sido acogidas 93 personas, con una estancia media de 90 días.
Durante el periodo de estado de alarma, de marzo a junio, residieron en el centro 24 personas y no se produjeron nuevos ingresos hasta principios del mes de junio. La nueva realidad del covid ha motivado que se reduzcan las plazas disponibles, se cambien los comedores así como la realización de algunas actividades. En estos momentos la casa se encuentra al 100% de su capacidad y cuenta con un total de 12 voluntarios.
Este centro se puso en funcionamiento hace 13 años y trabaja “desde una perspectiva asistencial, educativa y motivacional y supone el primer paso hacia la acogida y la recuperación de la persona”, como ha remarcado su coordinador. Este espacio se “caracteriza por ser un recurso de ‘baja exigencia’ y cuyo propósito principal es proveer a las personas de medios que satisfagan sus necesidades básicas no cubiertas (higiene presonal y alimentación), y al mismo tiempo promover procesos elementales de cambio positivo en sus vidas, ya sea facilitando su integración social directamente o su incorporación a programas más exigentes, como es el caso de Padre Damián”.
Desde el 1 de enero al 16 de octubre de 2020 se ha atendido a 411 personas, una media de 35 personas diarias y se han llevado a cabo “365 intervenciones personales que incluyen procesos de acogida, orientación y apoyo en gestiones administrativas, apoyo emocional y derivaciones a otros recursos más especializados”, como ha destacado David Martín. Una media de 39 personas diarias han recibido alimento (11.300 comidas) y una media de 6 personas al día han hecho uso del servicio de higiene personal (2.119 usos). En cuanto a las actividades formativas 70 personas han participado en talleres ocupacionales, charlas y salidas culturales.
La crisis sanitaria motivó la adaptación de horarios de este centro de día así como diferentes formatos de intervención para atender las necesidades básicas de sus participantes. El coordinador del centro, ha destacado la colaboración que junto a otras entidades salmantinas, se ha prestado al Ayuntamiento con motivo de la alarma nacional. Así, con la apertura del albergue municipal “Lazarillo de Tormes”, como dispositivo de confinamiento para las personas que se encontraban en situación de calle. Durante ese tiempo ‘Espacio Abierto’ se responsabilizó de preparar las cenas y apoyar en la gestión del albergue para facilitar la convivencia. Además, desde el centro de día, se continuó realizando el seguimiento de aquellas personas en situación de exclusión que quedaron confinadas en sus casas y fueron apoyadas desde el consistorio con un catering diario.
La pandemia también ha dificultado la participación de muchos voluntarios en este programa, algunos no han podido incorporarse “por las restricciones y también por el miedo” como ha remarcado David Martín. En la actualidad 12 personas colaboran en Padre Damián y 8 en Espacio Abierto.