08/10/2021
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
La Iglesia de Salamanca está convocada a participar en el Sínodo de la Sinodalidad, que comenzará el próximo 17 de octubre, con una celebración eucarística en la Catedral de Salamanca. En esta ocasión, el lema elegido es “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. En la Diócesis de Salamanca, el obispo ha nombrado como responsable sinodal al vicario de Pastoral, Policarpo Díaz, quien realiza un llamamiento a la comunidad diocesana, en especial, en la apertura, “para que sea una participación significativa, masiva y verdaderamente importante”.
El Papa Francisco invita a toda la Iglesia a interrogarse sobre la sinodalidad, un tema decisivo para su vida y su misión porque, según sus palabras, “precisamente, el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” (Papa Francisco). La Conferencia Episcopal ha creado una página web sobre el camino sinodal, donde se recuerda que el objetivo de este tiempo, “es que la Iglesia pueda aprender, a partir de este camino sinodal, qué procesos le pueden ayudar a vivir la comunión, realizar la participación y abrirse a la misión”.
El camino sinodal tiene tres fases fundamentales. La diocesana, que se iniciará solemnemente el 9 y 10 de octubre del 2021 en Roma, y el 17 de octubre en cada Iglesia particular, y que se prolongará en ellas hasta abril de 2022.
En una segunda fase, entre septiembre de 2022 y marzo de 2023, tendrán lugar las asambleas regionales y continentales. Finalmente, en octubre de 2023, tendrá lugar en Roma la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los obispos. Después del Sínodo, está prevista la puesta en marcha de las propuestas y conclusiones, lo que implicará nuevamente a las Iglesias particulares.
El pasado 5 de octubre, el equipo sinodal de la Conferencia Episcopal Española se reunió por primera vez con los responsables de la fase sinodal en cada una de las diócesis españolas, donde se presentó la hoja de ruta y la nueva página web, “como instrumento que se nos da a conocer y que nos ayuda a entender toda la dinámica del Sínodo”, aclara Díaz.
El responsable sinodal diocesano confirma que el primer paso será crear grupos, “o habilitar los que ya existen, es la primera llamada, en las unidades pastorales, en las delegaciones, en los servicios diocesanos, en las cofradías, los movimientos o las congregaciones…”. En la Diócesis de Salamanca se ha creado una comisión para el Sínodo formada por el obispo, Carlos López Hernández; el vicario General, Florentino Gutiérrez; el vicario de Pastoral y coordinador diocesano del Sínodo, Policarpo Díaz; los sacerdotes, Miguel Martín Yuste, y José Ángel Ávila; el religioso, Ricardo de Luis Carballada, OP; y los laicos, Alfonso Salgado, Juan Antonio Mateos, Miguel Ángel Delgado y Elena Guzmán.
Esta comisión es la misma que se formó de cara a la apertura de la Asamblea Diocesana, “y es lógico porque el camino sinodal pisa sobre la alfombra que ya hicimos y recorrimos todos en el camino de la Asamblea diocesana, que fue un camino sinodal, y ahora tenemos otro camino que lógicamente hemos de recorrer con cierta frescura y novedad, pero también es verdad que ya tenemos recorrido lo que el Papa pide a muchas Iglesias del mundo”.
Policarpo Díaz también menciona que el día 18, los sacerdotes de la Diócesis están llamados a participar en una jornada de formación permanente del clero, “para darnos el primer baño sobre la sinodalidad”, y para ello, han invitado al secretario de la Comisión nacional de la Conferencia Episcopal, el sacerdote, Luis Manuel Romero. Con su presencia, según resalta el vicario de Pastoral, “nos ayudará en una jornada de discernimiento, de información y formación de todos los sacerdotes, para habilitar los caminos sinodales que tengamos que abrir”.
El último proceso sinodal de la Diócesis de Salamanca se inició a finales de 1985 y hasta 1989, con el llamamiento del obispo, Mauro Rubio Repullés, a crear los grupos sinodales. Se llegaron a conformar hasta 330 equipos, más de 5.000 personas, compuestos por fieles cristianos, con la orientación de sacerdotes o religiosos. En este proceso también se hizo un estudio de cómo se había adaptado a la realidad actual el Concilio Vaticano II, en sus 25 primeros años, o si se conoce o no, y cómo se está viviendo en las parroquias.
Entre los objetivos que recogieron en ese Sínodo fue el de conocerse mejor y dar una paso adelante para abodar los compromisos de fe y evangelización siguiendo las doctrinas del Concilio Vaticano II. La clausura tuvo lugar en el 25 de junio de 1989 en el estadio Helmántico. Anterior a este sínodo se celebró otro en 1889, presidido por el padre Cámara.