ACTUALIDAD DIOCESANA

17/04/2020

Agradecimiento al sacerdote don Manuel Sánchez Vicente

Carta de agradecimiento de la comunidad parroquial de Beleña al sacerdote don Manuel Sánchez Vicente quien fuera su párroco durante más de cuatro décadas y que falleció el pasado 29 de marzo, a los 87 años de edad.

 

Querido Don Manuel:

Durante cuarenta años peregrinó el pueblo de Israel por el desierto de la esclavitud de Egipto a la Tierra prometida, siendo Moisés el pastor que le guio, entregándole el relevo a Josué cuando ya la meta estaba a la vista. Cuarenta años son toda una generación.

Don Manuel, su presencia en Beleña durante estos cuarenta años ha sido como la de Moisés, como la del pastor que ha peregrinado con su rebaño hacia la tierra prometida del Reino. El camino no ha sido fácil, con momentos duros, de cansancio, de oscuridad, de desencanto, pero ha sido capaz de seguir caminando a pesar de los pesares con la mirada siempre puesta en “el que inició” y completa nuestra fe, en “Cristo Camino, Verdad y Vida”. Por todo ello, le queremos agradecer su fidelidad. Ha sido el hombre fiel a Dios, a nosotros y a usted mismo. Estricto, riguroso, de sus tareas pastorales: La misa diaria, a las nueve y media de la mañana, en invierno y en verano, lloviendo o nevando, vinieran más o menos, porque muchos ya se fueron marchando, con dolor, para la Casa del Padre, quedando el “resto de Israel”, esos tres o cuatro incondicionales.

Esas visitas y atención constante a los ancianos y enfermos; las celebraciones interparroquiales de la Misa del Gallo y Vigilia Pascual con los jóvenes de Valdemierque, Martinamor, Buenavista y Beleña, celebradas con solemnidad y participación de todos los asistentes, ¡qué gratos recuerdos!

El Via Lucis que iniciamos hace veinticinco años como herramienta pastoral para la celebración del tiempo glorioso de Pascua, siempre innovando.

Siempre fiel, sincero, honrado, humilde y generoso, su fidelidad nos ha hecho creíble el mensaje que nos ha ido transmitiendo a lo largo de estos años. Su sinceridad fue siempre su palabra dada, que nunca se casó con el engaño. Su generosidad sin medida, compartiendo y ofreciéndonos siempre lo mejor que tenía.

Muchas gracias don Manuel, sobran las palabras, los hechos nos hablan. ¡Y cómo no! Agradecer a Juliana (su hermana) su apoyo incondicional, su labor humilde y callada, su celo por el templo y por la casa. Una casa parroquial siempre abierta, un hogar donde todos nos sentíamos como en nuestra casa, deshaciéndose en atenciones y siempre atenta a las necesidades.

Don Manuel y Juliana ¡cuánto más pasa el tiempo, más os echamos en falta! Y una vez enterados que don Manuel ya partió para la Casa del Padre Eterno, le pedimos que interceda por todos nosotros en el cielo como ya lo hizo aquí en la tierra.

¡Gracias y descansa en paz don Manuel!

La parroquia de Beleña

Don Manuel Sánchez junto a su hermana Juliana, en la residencia diocesana.
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