AGENDA ACTUALIDAD DIOCESANA

24/02/2025

¿A cuánto sale una unción de enfermos en el Hospital de Salamanca?

El vicario general de la Diócesis de Salamanca, Tomás Durán, reflexiona sobre la labor que realiza el servicio religioso en el complejo asistencial de Salamanca

 

Pues, según el subtítulo de portada de un medio de comunicación salmantino: “El gobierno regional ha pagado 1,3 millones de euros por las visitas, las unciones y las eucaristías”. ¡Realmente salen a buen precio! Se está refiriendo, ya lo habrán adivinado, a la atención religiosa en los hospitales. Bien es verdad que, en el titular principal se indica que la dotación del gobierno regional es de 125.000 euros al año, lo que, multiplicado por diez, sale a 1,3 millones de euros.

El capellán que informa, comenta al periodista que, en su labor pastoral, los capellanes hacen 15.000 visitas al año, 700 unciones y 365 eucaristías. Además, precisa que el servicio religioso es más amplio, señalan periodista y capellán, pues acompañan a los enfermos, colaboran con los profesionales de la salud, están pendientes de las situaciones sociales, etc. Y son aceptados por la sociedad.

¡Qué ocasión perdida para haber explicado desde la diócesis el convenio recientemente firmado, el pasado 29 de enero, “de colaboración entre la Gerencia Regional de Salud, y los obispados de la comunidad de Castilla y León para la asistencia religiosa católica en los hospitales y complejos asistenciales del servicio público de salud”!

Del dinero recibido para esta atención religiosa en los hospitales, a Salamanca le corresponden 125.000 euros. Es un importe de los fondos públicos, provenientes de la aportación de la contribución fiscal de los castellano-leoneses. Y, entre estos contribuyentes, están los ciudadanos católicos salmantinos, que también aportamos con nuestros bienes. Los fieles católicos somos ciudadanos como todos los demás, con nuestros derechos y obligaciones, no somos ciudadanos de segunda clase. Y uno de nuestros derechos es recibir asistencia religiosa católica en los hospitales, que han de procurarla las autoridades públicas como un bien social que demandan parte de sus ciudadanos.

Y esta asignación destinada al servicio religioso de los hospitales está estipulada en el convenio público antes aludido, firmado por la Junta de Castilla y León y los obispos de las diócesis de esta comunidad autónoma. No hay favores ocultos, sino acuerdos dialogados, convenidos y contrastados. Lo cual agradecemos, pues estos convenios vienen firmándose desde hace décadas. Demuestran, pues, acuerdo, confianza y colaboración mutua, sincera y leal, por parte de las diversas etapas de la Consejería de Salud, con sus consejeros, y los obispados de la región, con sus obispos.

Esta asignación económica es muy pequeña, ajustada podríamos decir, aunque se multiplique por diez años, comparada con los dineros públicos, legítimos y necesarios, que la administración regional destina anualmente a otros servicios, como asistencia social, deporte, cultura, música, arte, etc.

La Diócesis de Salamanca triplica anualmente, o más, esa cantidad, con el dinero que destina, salido solo de su administración y de la donación de los fieles, para custodiar el ingente patrimonio rural (375 parroquias, ermitas, cementerios); con el dinero destinado a paliar la pobreza de familias sin vivienda; con la asistencia al centro de día de Ranquines para personas con problemas de salud mental; y con los bienes destinados a la Pastoral Penitenciaria, para presos, o inmigrantes; etc., etc. Y todo esto sin contar lo aportado por Cáritas diocesana, Manos Unidas, otras ONGs católicas y todos los voluntarios de estas organizaciones, con su gratuidad. Es una tarea que realizamos con gran cariño y sin titulares para presumir de ello. Es un servicio a la sociedad salmantina, que sale de lo hondo de nuestra condición de ser discípulos de Jesús.

Cuantificar la acción pastoral de la salud en los hospitales, aun con datos ciertos, no parece el mejor modo de presentar la acción pastoral que allí se lleva a cabo. La “eficacia” pastoral no se mide por cifras. No veo a los párrocos agradecer el impagable servicio de catequistas, voluntarios de caridad, animadores de tiempo libre, cuidadoras y visitadores de enfermos, voluntarios en la cárcel… diciendo que “han tenido 6.700 horas de catequesis”; o que los monitores “han realizado 1.725 horas de campamentos estivales”… La eficacia pastoral solo la conoce Dios “que ve en lo escondido” (Mt 6,4.6.18). El donativo de “una” sola persona, y eran dos moneditas, “fue más grande que el de miles de donativos de otros oferentes” (Cf. Mc 13,41-44). O el mismo Jesús, con “una sola visita” a Zaqueo (Cf. Lc 19,1-10), hizo entrar la salvación en “todo” Jericó.

Y, es verdad, la tarea pastoral de los siete sacerdotes y una religiosa es preciosa y digna de alabar. Es una acción evangelizadora, sacramental, presencial, humanizadora y humanitaria, social, personal, de tú a tú en muchas ocasiones, de esperanza, consuelo, de suscitar sonrisas en el dolor, y ser fortaleza de la fe para los enfermos. Y es alabada por todos y reconocida por enfermos, familiares, profesionales de la salud, trabajadores, asistentes sociales, terapeutas de la psicología u otras ramas de la asistencia médica. En ocasiones, son demandados por los médicos y el personal de enfermería para unir a sus tratamientos, la terapia de la escucha, la cercanía del consuelo, la fe y la esperanza. Son reconocidos por la sociedad, sin duda. Y, ¿todo esto se puede cuantificar y decir que “sale a tantos euros de precio”? ¡Por favor!

Por último, decir que, si hubiéramos tenido la oportunidad de presentar el convenio citado, con la implicación del Servicio diocesano de Comunicación, los capellanes en su totalidad, el delegado de Pastoral de la Salud, mediante una rueda de prensa u otra forma acordada entre todos, se habría dado a conocer que estamos en revisión para avanzar a una atención mejor y abrir este servicio pastoral a los laicos, así como a los hermanos y hermanas de la vida consagrada.

El convenio permite, con la figura de “personas idóneas”, abrir la tarea pastoral a los laicos y religiosas de manera remunerada. Este paso es importante, por varias razones. La demanda sacramental ha de situarse en su justa medida, con lo cual es muy importante y necesario reducir el número de sacerdotes, y formar un “equipo evangelizador-sacramental-presencial”, con sacerdotes, laicos y religiosas. En esto estamos: en diseñar un plan pastoral acorde al momento que vivimos, cultural, eclesial, pastoral, social…, que no es el de hace cuarenta años, el de las “guardias de 72 horas seguidas”, ni es para saltarse sin más las necesidades en la tarea de la presencia hospitalaria, pero que requiere un diálogo amplio de los capellanes, el obispo y los vicarios, para abrir así caminos nuevos. No mantengamos en odres viejos el vino nuevo. No nos empeñemos en ello.

Y lo mismo decimos para una revitalización de la Delegación de la Pastoral de la Salud, a la que agradecemos su encomiable tarea. Es verdad que la pastoral de los hospitales forma parte de ella, pero también los capellanes tienen autonomía y su representante que los coordina (formación, oración,…), y es el interlocutor con la gerencia hospitalaria. Y a ellos, y al servicio religioso que se solicita, va destinado primeramente el convenio. Es preciso definir las tareas de la Delegación de Pastoral de la Salud; es muy aconsejable crear en la misma un equipo amplio, plural, de laicos y religiosas, juntamente con el delegado. Todo ello con representantes de todas las realidades que animan este sector de la pastoral en parroquias, instituciones, barrios, residencias, etc. Y trabajar en unidad, comunión y coordinación, bajo la Delegación episcopal para la Caridad y la Iglesia Samaritana, junto a otras delegaciones y servicios de asistencia social y caritativa.

En esto estamos, y en esto queremos avanzar con la ayuda del Señor. Sigamos adelante. Gracias. No podemos por menos de acordarnos, en estos días, del enfermo papa Francisco. Para él, y para todos los enfermos, pedimos la salud de alma y cuerpo.

 

Tomás Durán Sánchez, vicario general.

23 de febrero de 2025

¿Te gustó este artículo? Compártelo
IR A ACTUALIDAD DIOCESANA
.
Actualidad Diocesana

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies