24/01/2021
El pasado 31 de diciembre, la carrera de San Silvestre en Salamanca tuvo este lema: “De este año, hay que salir corriendo”. Ciertamente, el 2020 fue un año muy duro que queríamos dejar atrás. Pero las tres semanas que llevamos del 2021 nos hacen ver que también éste está lleno de problemas de todo tipo: la tercera ola Covid que no para de crecer, las terribles consecuencias económicas y laborales, los inesperados efectos del cambio climático, la inestabilidad sociopolítica a nivel mundial… Y todos nos preguntamos: ¿Cómo encarar el año que tenemos por delante?
Tendremos que recordar, de la mano de San Pablo, la diferencia entre estas dos palabras griegas: Kronos y Kairós. Son dos maneras de nombrar el tiempo, pero en dos perspectivas muy distintas… Kronos es el tiempo en su medida humana, el tiempo en su devenir, que expresamos en el reloj, el calendario y la agenda. Es el tiempo vivido como tragedia: nos afanamos en controlarlo y ajustarlo a nuestras expectativas, y eso nos llena de angustia y nos quita la paz… Kairós es el tiempo en la perspectiva de Dios, el tiempo como oportunidad de gracia y crecimiento espiritual. Más allá de lo que traiga cada día, mes o año, más allá de lo favorable o difícil que humanamente sea lo que venga, el cristiano sabe que ahí estará la presencia de Dios, y que todo momento y situación puede ser un tiempo oportuno para encontrarnos más profundamente con él.
En el siglo I, en medio de grandes peligros y persecuciones, los cristianos leían en el evangelio de San Marcos las primeras palabras de la vida pública de Jesús: “El Reino de Dios está cerca”. Ellos lo creían y eso les daba la paz que les negaba el mundo, porque les cambiaba su forma de vivir el tiempo y afrontar el futuro… Hoy, este domingo, los cristianos del siglo XXI nos preguntamos cómo encarar este nuevo año, y Jesús vuelve a decirnos en el Evangelio: “El Reino de Dios está cerca”.