22/11/2018
Nieves Egido lleva quince años al frente del servicio de acogida a personas si hogar de Cáritas diocesana de Salamanca. Un servicio que es puerta de entrada y de esperanza para aquellas personas que carecen de una vivienda y han perdido el apoyo familiar y social. Desde este servicio se les deriva a los diferentes recursos de la institución para una atención individualizada para su recuperación personal, su dignidad e inserción social. Con motivo del Día Mundial de las Personas Sin Hogar que se celebra el próximo 25 de noviembre hemos entrevistado a Nieves para conocer la labor que desarrolla Cáritas con este colectivo y conocer los detalles de su nueva campaña: ‘¿Y tú qué dices? Di basta. Nadie sin Hogar’.
El Observatorio Europeo del Sinhogarismo de la Federación Europea de Asociaciones que trabajan con personas sin hogar (FEANTSA) estableció una de las primeras definiciones de persona sin hogar que a mí me parece bastante apropiada. Se refiere a todas aquellas que no pueden acceder o conservar un alojamiento adecuado, adaptado a su situación personal, permanente y que proporcione un marco estable de convivencia, ya sea por razones económicas u otras barreras sociales, o bien porque presentan dificultades personales para llevar una vida autónoma.
Son múltiples y variados. Sucesos como, por ejemplo, la muerte de un ser querido, una separación sentimental, la pérdida de un empleo, la inexistencia de recursos económicos, el desahucio (y por lo tanto la pérdida de alojamiento),… unido a la falta de apoyo familiar y social, provocan una situación de vulnerabilidad y puede llevar con facilidad a una situación de calle.
No sabría quedarme con uno solo. Mi trabajo es un regalo que me ha hecho Dios. Soy muy afortunada de tener estos grandes maestros que día a día se esfuerzan por recuperarse y por superar muchas situaciones difíciles y, además, tengo el privilegio de que me permiten compartir sus vidas con ellos.
Mi tarea consiste básicamente en acogerles, escucharles y, tras hacer una valoración inicial de su situación, derivarles a la casa de acogida “Padre Damián” o ponerles en contacto con otros recursos o servicios donde puedan recibir la atención que precisan. Nuestro modelo de intervención pone a la persona en el centro y contemplamos como algo imprescindible su participación durante todo el proceso de inclusión, entendiendo ésta como un derecho que la persona tiene y que debe ejercer. También para nosotros es clave el acompañamiento social como herramienta fundamental de intervención.
El programa de atención a personas sin hogar de Cáritas en Salamanca forma parte del área de inclusión social. La realidad social nos hace ver que hay personas que comparten situaciones de dificultad con las que intervenimos desde varios ámbitos. Por ello Cáritas cuenta con distintos proyectos que también trabajan con personas con problemas de drogodependencias, o enfermas de VIH-Sida o personas privadas de libertad o con enfermedad mental. Todos juntos, trabajando de manera coordinada, intentamos ofrecer una atención integral a cada persona.
Formamos parte de una mesa de coordinación de entidades que atendemos a personas sin hogar en Salamanca junto al Ayuntamiento, Cruz Roja, APARED, el Comedor de los Pobres, Salamanca Acoge y ASDECOBA. Nuestra institución pretende, en nombre de la comunidad cristiana, ayudar a la promoción humana y al desarrollo integral de las personas. La acción que desarrollamos implica una opción por los pobres y excluidos de la sociedad, por la promoción de la justicia y por la defensa de los débiles. Los compañeros de otras entidades creo que valoran muy positivamente la apuesta firme que hacemos en Cáritas por todas las personas con las que trabajamos y la tarea de acompañamiento que realizamos con ellas.
Aunque a todos nos duele que algunas personas no respondan a nuestro ofrecimiento de ayuda, creo que debemos vivir con paz. Esto probablemente no vamos a poder cambiarlo y hay que respetar la libertad de cada persona. Solo desde la cercanía y con mucha paciencia podremos conseguir ganarnos su confianza y, quizás, motivarlas a que den algún paso para salir de la situación en la que se encuentran.
Yo le digo a los alumnos en prácticas que año tras año están conmigo formándose, que no deben olvidar nunca que las personas en situación de sin hogar tienen las mismas necesidades y sueños que todos nosotros. Quizás por eso y porque muchos han perdido la esperanza cuando llegan a nosotros, debemos intentar transmitirles que no están solos, que creemos en ellos y que estamos convencidos de que pueden cambiar.
Atendemos mayoritariamente a hombres de mediana edad, entre 35-50 años, que presentan problemas derivados de adicciones a distintas sustancias (alcohol y otras drogas) y también hay un número considerable de personas desempleadas. Nos preocupa además, bastante, el incremento que estamos observando de personas afectadas por alguna enfermedad mental. En este sentido destaco la maravillosa tarea que realizan nuestros compañeros desde el Centro de Ranquines y con los cuales nos estamos coordinando continuamente, ya que algunas de las personas que acuden a sus actividades residen en el Centro de acogida “Padre Damián”.
Fundamentalmente dar a conocer la realidad de estas personas que viven junto a nosotros en Salamanca y hacerles visibles. También realizar actuaciones conjuntas que faciliten el acceso a derechos de las mismas.
En 2018 finalizamos el trienio de Campaña 2016-2018. Tres años en los que hemos intentado transmitir un mensaje de dignidad y derechos sobre las personas en situación de sin hogar. En la Campaña 2018 queremos decir “¡Basta ya!: de vulneraciones de derechos, de invisibilidad, de sufrimiento, de vivir en la calle, de inseguridad, de agresiones, de no poder acceder a una vivienda,… de no tener hogar”. También queremos decir “Así no!: desde unas políticas públicas que no favorecen el acceso y ejercicio de derechos de las personas más vulnerables, principalmente el derecho a la vivienda, pero no sólo. Y además, afirmamos que “Nadie sin hogar es posible”- Confiamos en que con una opción clara y real de poner a las personas en el centro es posible acabar con el sinhogarismo. Avanzaremos en ello cuando las administraciones y políticas públicas se orienten a la garantía de acceso y ejercicio de derechos, para todas las personas, y en especial para aquellas que más dificultades tienen.
Cambiando nuestra mirada, viendo a las personas de manera integral, con su dignidad y derechos, más allá de la imagen inmediata, del estereotipo, del prejuicio y del miedo.
Nuestras propuestas para acabar con el sinhogarismo las dirigimos:
1) A las Administraciones Públicas: Les pedimos que hagan real su opción y orientación a la garantía y acceso de derechos en la elaboración de políticas públicas, en especial impulsando medidas de fomento del alquiler social y de ampliación del parque de vivienda pública.
2) A los medios de comunicación: Solicitamos que informen de la realidad de las personas en situación de sin hogar alejándose de las miradas estereotipadas o sensacionalistas, e incorporar la vulneración de derechos a la narrativa comunicativa.
3) A la ciudadanía en general: Les animamos a que miren y visibilicen a las personas en situación de sin hogar con las que cada día nos cruzamos, intentando comprender su situación como una vulneración del derecho humano a la vivienda.
4) A las Entidades sociales: Que impulsen los espacios de trabajo en red y coordinación, de cara a ser más eficaces en las actuaciones que faciliten el acceso a derechos de las personas en situación de sin hogar.
El jueves, día 22 de noviembre, a las 12.00 de la mañana, en la Plaza Mayor realizaremos, realizaremos el Flashmob. Es una acción de sensibilización que se realiza el mismo día y a la misma hora en muchas ciudades de nuestra geografía y que tiene un gran impacto. Este año queremos transmitir un potente mensaje que refleje que acabar con el sinhogarismo es posible, imprescindible y urgente. ¡Os esperamos!.