ACTUALIDAD DIOCESANA

17/08/2021

La remodelada “Catedral” de Cipérez

Los vecinos de este municipio de la comarca de Vitigudino cuentan desde hace unos meses con un templo recién restaurado, con una nueva cubierta de madera procedente de Polonia

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Para los vecinos de Cipérez, un pequeño municipio de la comarca de Vitigudino, de algo más de 200 habitantes, el templo parroquial es su particular “Catedral”, que recién restaurada se ha convertido en “un auténtico revulsivo”.

La parroquia de San Pedro, tras su renovación.

La obra formaba parte del convenio de recuperación del patrimonio que se firma cada dos años con la Diputación Provincial, que ha invertido más de 65.000 euros, pero el importe total del proyecto alcanzó los 233.000 euros, aportados por la Diócesis de Salamanca. El estado anterior de la iglesia de San Pedro ya no permitía la celebración del culto en ella, debido a la situación de la cubierta, con peligro de desprendimiento y la filtración de humedades, por lo que durante un tiempo se trasladaron a la ermita de la localidad.

El anterior párroco de la iglesia de Cipérez, Juan Jesús García, puso en conocimiento de la situación estructural del templo a la Delegación diocesana para el Patrimonio, como apunta su responsable, el sacerdote diocesano, Juan Pedro Melgar.

El mal estado de la cubierta

Fue entonces cuando la delegación se puso en marcha para analizar la situación del templo, en especial, de su cubierta. “El estado era deplorable y decidimos incluir esta obra de restauración en el convenio que se firma con la Diputación de Salamanca”, detalla. En septiembre de 2018, vio la luz el proyecto, que inicialmente consistía en mantener la estructura de madera, “pero no fue posible”, matiza Melgar.

Estado de la cubierta antes de su restauración.

En julio de 2019, comenzaron las obras, y al desmontar la estructura observaron que era muy deficiente, “y se decidió que era necesaria una nueva”. La estimación inicial era por un importe de 76.000 euros, que finalmente ascendieron a los 233.000, de los que la Diputación de Salamanca ha aportado 65.000. El responsable de la Delegación para el Patrimonio admite que ha supuesto un gran desembolso por parte de la Diócesis, “gracias a los fondos que compartimos de los bienes de las parroquias y el ahorro diocesano”.

Finalmente, en el templo se colocó una estructura nueva, llegada de Polonia, de madera y con una curvatura para dar la sensación de bóveda. Hasta su llegada, la iglesia permaneció al descubierto, por lo que se dañó el suelo del interior, “y tuvimos que cambiar todo el pavimento, que antes era de madera, y se ha sustituido por un gres cerámico”.

Cambio de ubicación del presbiterio

Otro de las modificaciones más importantes tras la obra de la cubierta ha sido el cambio de ubicación del presbiterio, que no estaba orientado a Oriente, como fijan las normas litúrgicas, “se ha colocado en lo que era la zona del coro, y donde estaba el altar, ahora es el baptisterio, con un enlosado de piedra de granito que se descubrió al levantar el suelo de la iglesia”. Ese mismo material se ha utilizado para el altar y el ambón.

El presbiterio ha recuperado su ubicación original, hacia Oriente.

El arquitecto técnico de la diócesis encargado del proyecto ha sido Fernando Delgado, quien confirma también otras mejoras, como la consolidación de las cargas de la nueva estructura, el aislamiento térmico del edificio, o el nivelado del templo, entre otros. Junto al nuevo altar se ha habilitado una sacristía, que antes era un almacén, así como un aseo. Por último, cabe destacar la renovación de la instalación eléctrica y de la megafonía.

Juan Pedro Melgar destaca la colaboración en este tipo de proyectos de restauración del Servicio Diocesano de Patrimonio Artístico, a través de su responsable, Tomás Gil.

Una obra necesaria

El actual párroco de Cipérez, Francisco Javier García Santos, reconoce que era una obra necesaria, “por bastantes deficiencias arquitectónicas y de peligro de desprendimiento”, y se dio cuenta de que era una necesidad por la seguridad de los fieles, “y la dignidad del culto”.

El párroco, Francisco Javier García Santos, en el centro, junto a varios colaboradores.

Según insiste este sacerdote, esta restauración ha supuesto “un revulsivo de ilusión para la gente de la comunidad parroquial”, porque como añade, en el pueblo se han implicado en pequeñas obras y detalles, “con artesanos de la localidad, que han dedicado muchas horas a esta gran obra”.

García Santos destaca las nuevas vidrieras, donadas por el Ayuntamiento, que se aprobó por unanimidad en un pleno, “que representan a los santos patrones del pueblo y la parroquia, San Sebastián y San Pedro, y a la Virgen del Carmen, a la que tienen mucha devoción”.

Las reliquias de mártires

El párroco destaca otro detalle del altar de piedra, “donde está encofrado una ara consagrada con reliquias de mártires”. Asimismo, han recuperado la pila bautismal. Javier García Santos asegura que desde la restauración del templo, “se ha duplicado la asistencia de fieles en la eucaristía del domingo, que celebra a las doce del mediodía”.

Nueva zona del baptisterio.

Juan Francisco Alonso es el alcalde de Cipérez, y uno de los que han colaborado en el proceso de restauración una vez entregada la obra. “Para el pueblo ha supuesto un revulsivo que no pensamos que sucediera”, reconoce. Junto a otro grupo de vecinos, han cuidado el más mínimo detalle en su interior, “con el barnizado de bancos, la colocación de las imágenes, de dos nuevos cuadros, o de un nuevo calvario”.

“Hemos dado un trasfondo a todas las imágenes en rojo, porque sino, las paredes de piedra se las comían”, aclara también el primer edil. Alonso matiza también que la devoción a la Virgen del Carmen se debe a una tradición del pueblo, “porque hubo un tiempo que se pasaban de casa en casa una urna con una pequeña Virgen del Carmen”.

La labor del carpintero

Isidro Herrero es el carpintero de Cipérez y ha elaborado los marcos de los dos lienzos que cuelgan en el presbiterio y en el baptisterio, reproducciones del martirio de San Sebastián, de Sebastiano Conca, y  de La Resurrección, de Fernando Gallego. “Todo el mundo ha colaborado en algo, y me han ayudado en el montaje de los marcos de los cuadros, con unas dimensiones de 3,40 metros por 2,40”, sentencia. Otro de los vecinos colaboradores ha sido José Ratón, natural de Cipérez, y quien confiesa que ha sido una satisfacción “grande” el arreglo de la iglesia, “porque estaba un poco mal”. Destaca la labor en equipo de esas pequeñas tareas que han realizado.

Imagen exterior del templo de Cipérez.

Miguel Ángel Hernández es aficionado al bricolaje y ha ayudado en todo lo que ha podido: “Estamos orgullosos del arreglo de la iglesia, porque era una falta no necesidad”, matiza. José María García también es natural de Cipérez, de hecho, recuerda haber sido bautizado en la pila del baptisterio. “He colaborado en lo que he podido, el estado del templo era malo, en el último funeral que se celebró aquí, caía dentro el agua, la gente estaba con paraguas”, lamenta. En esta misma línea se expresa Demetrio García, que también se muestra agradecido por la recuperación del templo, y en lo que he podido, ha colaborado.

El próximo viernes, 20 de agosto, celebrarán en el templo una eucaristía de acción de gracias a las 12:00 horas.

 

¿Te gustó este artículo? Compártelo
VOLVER
Actualidad Diocesana

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies