31/01/2019
Mi nombre es Sofía, estudio segundo de bachillerato en el colegio Maestro Ávila.
Comencé mi experiencia de voluntariado este curso y nunca podría llegar a imaginar lo feliz que me hace ser parte del proyecto Molokai.
Participo dentro del proyecto Kaikit que se desarrolla en la Parroquia Jesús obrero. Mi voluntariado consiste en participar de la ludoteca que el proyecto molokai anima en esta parroquia del barrio de Pizarrales.
Cada uno de los niños con lo que convivo transmiten un sentimiento imposible de explicar, hay magia.Ellos son magia.
Este proyecto me ha dado la oportunidad de sentir una satisfacción personal inmensa al poder dar lo mejor de mí en el tiempo que comparto con ellos y ellas.
Muchas veces me pregunto como personas tan pequeñas tienen un corazón enorme, como hacen frente a la vida que viven, como se superan día a día para ser mejores y como se proponen salir de cualquier situación que les detenga en construir su camino de vida.
Con ellos he aprendido a valorar las pequeñas cosas de la vida, los pequeños detalles.Y me siento totalmente afortunada de poder vivir con ellos parte de mi días.
En todo este tiempo he aprendido una cosa acerca de cada uno de ellos, pero sin duda me quedo con que los niños son maestros, que vienen a enseñarnos con sus acciones y sus emociones.