15/11/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
El Día Diocesano de Jóvenes se convierte en una fiesta para compartir la fe entre los adolescentes y jóvenes de grupos, movimientos, parroquias, cofradías o colegios, nacidos entre 1989 y 2010. Los que participen, que deberán inscribirse previamente en este enlace, (hasta el 18 de noviembre), quedarán emplazados el 23 de noviembre, a las 17:00 horas, en la Puerta de Zamora.
Tras la acogida, comenzarán diversas iniciativas en las que podrán participar por grupos (tras inscribirse en el mismo formulario). En total son seis, que se realizarán en diferentes puntos de la ciudad. Una estará dedicada a la música, denominada “Sounds of faith”, o el maratón fotográfico para captar realidades que solo a través de la fe se descubren. Se suman otros talleres para convertirse en “Guardianes de la creación”, los “Hopegames deportivos”, un “Escape Room” o un reto de “Stories”. A los jóvenes, les esperarán otras sorpresas que solo podrán desvelarse ese día.
Después, se celebrará una eucaristía junto al obispo, Mons. José Luis Retana, en la capilla mayor de la Casa de la Iglesia, y antes de concluir la jornada, disfrutarán de un fin de fiesta en los sótanos, con merienda y música.
El delegado de Pastoral Juvenil, Andrés González Buenadicha, recuerda que cada año, en la solemnidad de Jesucristo Rey del universo, “nuestra diócesis convoca a todos los jóvenes de nuestras realidades parroquiales, movimientos y asociaciones para compartir la fe y dar testimonio de la alegría del Señor resucitado”. En esta ocasión, el papa Francisco propone un lema para estas jornadas, que se celebran en toda la Iglesia universal, bajo el lema: “Los que esperan en el Señor caminan sin cansarse (cf. Is 40,31)”.
Este responsable cree que esta iniciativa ayudará a adolescentes y jóvenes, “a ponerse en camino, a descubrir la vida, tras las huellas del amor, en busca del rostro de Dios”, como recoge en su mensaje el papa Francisco.
En sus palabras, el santo padre también insiste en que este encuentro, “nos ayude a todos a poner a punto nuestro corazón para vivir con profundidad el próximo Año Jubilar, donde cada uno podamos vivir un “encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, “puerta” de salvación» (Bula Spes non confundit, 1).