15/05/2020
Llevo cinco años trabajando en la Casa de la Iglesia. En todo este tiempo hemos vivido cosas muy bonitas, excursiones, convivencias, fiestas, de todo ello siempre hemos sacado momentos para el recuerdo, pero creo que nunca nadie imaginaba lo que nos tocaría vivir.
En estos dos últimos meses hemos vivido la época más dura que yo recuerde. A diario llegábamos con la incertidumbre de no saber lo que encontraríamos. Para empezar, más trabajo y nuevos protocolos. Esa situación hacia que cada vez acumulásemos más estrés y por ende fuese todo mucho más agobiante. EPIS, que son tan necesarios pero a la vez de incómodos, dan mucho calor, haciendo lo cómodo y cotidiano, algo duro y extraño, y siempre acompañándonos esa gran pregunta: ¿cuándo terminará todo esto?.
Según iba transcurriendo el tiempo todo fue calmándose. La situación estaba más controlada y nuestro estado de ánimo mucho más positivo. Nos hemos aferrado a nuestras oraciones esas que tanto nos están ayudando a sobrellevar toda esta pandemia y a evitar millones de pensamientos negativos y miedos que hemos tenido por nuestros mayores y nuestras familias.
Espero que pronto todo esto quede en un solo recuerdo y podamos disfrutar de nuestros mayores llenando la casa de alegría, paseos, y buenas palabras.
Dar las gracias a los compañeros de todos y cada uno de los servicios por su colaboración, comprensión y apoyo. Juntos hemos hecho que todo esto haya sido mucho más llevadero. Pronto podremos volver a abrazarnos.
Un saludo que Dios os bendiga.