28/11/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Miguel de Prados acude cada domingo a la eucaristía de las doce en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores. Es sordo desde su infancia, y aunque intenta leer los labios, si se habla muy deprisa no lo puede entender. Pero este domingo, gracias a Ana Vaquero, intérprete de lengua de signos y feligresa de la parroquia, él ha podido seguir la misa en su totalidad, con los cantos incluidos. El próximo 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con discapacidad, y la Iglesia está abierta a todos ellos, como integrantes de la comunidad diocesana.
“Este proyecto comenzó por una propuesta del párroco, José Luis Miguel (Jerry), porque hace tiempo detectó que venían a misa personas sordas, en concreto, Miguel, y vio que con él me comunicaba en lengua de signos”, apunta Ana. Fue entonces cuando el sacerdote le propuso que fuera ella la que signara a Miguel en alguna de las eucaristías dominicales.
Ana siempre tuvo claro que realizar esta tarea requería de una preparación previa, incluso en aspectos relacionados con la liturgia, “porque tengo que entenderlo para poderlo explicar, y se trata de una forma de estar más cerca de Dios“.
Cuando se subió al presbiterio y se colocó junto al ambón para signar la eucaristía, Ana Vaquero confiesa que en un primer momento le temblaban las manos, “pero luego me fui calmando y al final es una satisfacción muy grande”. Para prepararlo ha trabajado conjuntamente con el párroco, “hemos repasado las lecturas, la plegaria eucarística, porque hay que entenderlo y desmenuzarlo, para adaptarlo a la lengua de signos”. Además, Ana también ha signado las canciones.
Para Miguel, de 57 años, contar con una intérprete de lengua de signos en misa le aporta mucha felicidad. A él nada se le ha puesto por delante, y trabaja desde 22 años en el catering de Asprodes. Es el mediano de tres hermanos, y vecino de La Vega desde su nacimiento. Su madre, Concepción, recuerda que el día que hizo la Comunión tenían un intérprete, pero los domingos en misa tenía que defenderse leyendo los labios, y ese domingo por fin, había seguido toda la eucaristía.
Por su parte, el párroco, José Luis Miguel, ha querido apostar por una nueva herramienta de comunicación que permite compartir la experiencia de la eucaristía para aquellas personas con alguna discapacidad auditiva, “para que la puedan sentir y la puedan conocer desde su propio lenguaje”. De esta forma, se busca que se sientan uno más en la comunidad cristiana, como admite este sacerdote.
Asimismo, aprovecha esta ocasión para invitar a la comunidad de personas sordas que quieran venir a la eucaristía con lengua de signos que tiene las puertas abiertas en este barrio. “También hacer una llamada a que desde la diócesis o en las parroquias, si alguno sabe interpretar la lengua de signos que lo haga en sus comunidades para las personas sordas. Así se puede hacer en diferentes sitios y ayudar a más gente”, subraya.
Él ha facilitado la labor a Ana, estudiando con ella los textos, “hay que adaptarlo y hablar de una manera un poco más pausada, improvisando lo menos posible”. La intención de la parroquia es que se interprete la lengua de signos de forma periódica en la eucaristía de las doce del mediodía los domingos. Las próximas misas con interpretación en lengua de signos serán los días 8 y 22 diciembre, y a ellas se sumarán el día de Año Nuevo y Reyes (1 y 6 de enero). La idea es hacer un calendario para que la comunidad sorda conozca las fechas.