24/11/2024
Dios nos habla en la Palabra y en la historia. Las colectas parroquiales de este domingo a favor de Valencia, convocadas por la Conferencia Episcopal, y el Evangelio que proclamamos, son realmente una luz para todos nosotros. Hoy seamos solidarios y, sobre todo, festejemos esa luz.
¿Quién reina aquí? Reconozco que llevo un mes haciéndome esta pregunta. He escuchado muchas respuestas y todas tienen algo de cierto, pero ninguna me ha convencido. “Aquí reinan el dolor y el caos”, gritaron los vecinos de Valencia que sobrevivieron -aun con pérdidas inmensas- tras las inundaciones de aquel 29 de octubre… “Aquí reina la incompetencia”, han dicho en las semanas siguientes unos políticos de otros, desfigurando las evidencias y resistiéndose a asumir responsabilidades en primera persona… ”Aquí reinan los bulos”, reconocen a medias jóvenes y adultos des-informados por las redes sociales, mientras les inundan riadas de mentiras y corrientes de odio…
Hasta que ha llegado este domingo en que celebramos a “Jesucristo, rey del universo”. Desde la realidad de nuestro tiempo, me suena más actual y luminosa que nunca esa pregunta que Pilato le hace a Jesús, en aquella noche trágica de la Pasión: “¿Así que tú eres rey?”. Hoy urge más que nunca creer a Jesús. Creer que, con Él, el Reino de Dios ya está entre nosotros. Un reino que no es de este mundo, pero que está actuante en él por el Espíritu del Padre y del Hijo. Y que se manifiesta en quienes, asumiendo las cruces de hoy, están aprendiendo a amar como Jesús nos amó, y hacen algo que desvela su reinado en nuestra historia.
Por eso, hoy es un día para hacer memoria creyente y agradecida de este mes: De aquellos valencianos que literalmente salvaron a sus vecinos, quedando ya unidos para toda la vida. Y de los que siguen consolando a los que lloran la muerte de un familiar o un amigo, alentando la comunión de vivos y difuntos. Y de los cientos de voluntarios que han dado su tiempo y esfuerzo al servicio de quienes más lo necesitan. Y de los miles de alcaldes, profesionales y servidores públicos que han unido compasión, inteligencia y cercanía en la reconstrucción de los pueblos y del futuro de las familias damnificadas. Y de aquellos que han seguido visitado a las personas mayores, solas o enfermas, más allá del propio cansancio o conveniencia. Y de los que en parroquias y cofradías se han unido en oraciones sentidas y colectas generosas -como las de la misa de hoy- para ayudar a través de Cáritas a los más desvalidos.
Alegrémonos por esta multitud de “bienaventurados”, en medio de una tragedia de dimensiones antes impensables; porque en ella, tan cierto como el lodazal físico y el político, es un hecho que los que lloran están siendo consolados y los limpios de corazón pueden ver a Dios. Hoy, después de este mes convulso, ese inmenso coro de voces exclama con motivo: “A pesar de todo, aquí reina el amor fraterno y solidario”.
Añadimos los cristianos: “Sí, el amor que nos enseña Jesús, que en la Cruz se entregó por nosotros y en su Resurrección nos abre a la Esperanza que no defrauda”… “¿Así que tú eres rey?”, le pregunta Pilato. Y nosotros respondemos: “Es tiempo de creer a Jesús”.
Mariano Montero, sacerdote Adsis, párroco de Santa Marta de Tormes