ACTUALIDAD DIOCESANA

27/09/2024

“El gran desafío es que todo cristiano, por el hecho de ser cristiano, sea capaz de hacer un primer anuncio”

La jornada de formación de la XVI Semana de Pastoral ha estado dedicada a la nueva etapa evangelizadora y primer anuncio, a cargo del catedrático de Teología de la Evangelización y la Catequesis, Juan Carlos Carvajal

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

En Evangelii Gaudium el papa Francisco destaca que la conversión misionera debe nacer de la alegría del encuentro con Jesucristo, tema de nuestra XVI Semana de Pastoral. Pero, ¿cómo podemos vivir y transmitir esa alegría del encuentro con Cristo?

Pues la alegría del encuentro con Cristo solamente se puede transmitir en la medida en que nosotros lo hemos experimentado. Por lo tanto, es fundamental que no demos por supuesto que los cristianos, los que caminamos por la Iglesia, que somos viejos cristianos desde el bautismo, hemos tenido ese encuentro, o por lo menos tenemos un encuentro actualizado con Cristo.

Por eso el papa ha declarado una nueva etapa evangelizadora, que apunta a que todos los cristianos nos dejemos encontrar por él, e incluso reencontrarse con la novedad de Cristo de quien brota toda novedad.

La nueva etapa Evangelizadora brota del encuentro con Cristo, del cual brota toda novedad. No demos por supuesto que los cristianos nos hemos encontrado con Cristo.

¿Por qué es relevante el primer anuncio hoy para la misión de la Iglesia?

Claro, el primer anuncio del kerigma es justamente el instrumento del ministerio de la Palabra, que está al servicio de ese encuentro. No es una fórmula mágica, sino que el primer anuncio lo que detecta es la acción del Espíritu en las personas, y cómo el Espíritu va sembrando las semillas de Cristo en sus vidas.

Y a partir de ahí, el primer anuncio tiene la capacidad de poner palabras a lo que está, a esa presencia misteriosa del Espíritu que está haciendo presente a Cristo. El primer anuncio está al servicio del encuentro con Cristo. Y está al servicio de que las personas, que al escuchar esa propuesta de la Palabra, acepten la presencia de Cristo y se conviertan a él como discípulos suyos.

¿A qué desafíos se enfrentan las comunidades al intentar desarrollar una pastoral del primer anuncio y cómo pueden superarlos?

A mi modo de ver, el gran desafío al que se enfrentan las comunidades no es sólo crear actividades misioneras, que en estos momentos se está haciendo por muchas parroquias, el gran desafío es que todo cristiano, por el hecho de ser cristiano, sea capaz de hacer un primer anuncio, el anuncio de Jesucristo, allí donde se encuentra, con sus familiares, con sus amigos, en el lugar del trabajo, o en la vida cotidiana.

El Papa dice que la conversión misionera de la Iglesia tiene que acontecer una iglesia que peregrina, no solamente institucionalmente, sino en el peregrinaje de cada cristiano allí donde se encuentra.

Juan Carlos Carvajal, durante su ponencia. /Óscar García

En su ponencia de la Semana de Pastoral remarcaba que para ser evangelizadores es preciso la renovación del encuentro con Cristo, ¿qué nos facilita ese paso?

Al final, el encuentro con Cristo tiene que ser algo que esté en la raíz de nuestra experiencia cristiana y ahí es donde se realiza  en la propia comunidad cristiana. Lo que nos tenemos que preguntar es si nuestras comunidades cristianas son lugares de experiencia de fe, o son nuestras comunidades ámbitos donde siguen actuando autónomamente por inercia los diferentes mecanismos pastorales.

Si son mecanismos pastorales del siempre se ha hecho así, que dice el papa Francisco, que realmente les falta esa capacidad de posibilitar el encuentro con Cristo, pues realmente los cristianos estaremos en nuestras parroquias pero no revitalizamos, ni renovaremos esa experiencia de encuentro.

Pero si en estas actividades comunitarias nos planteamos que se están o no están al servicio de la presencia de Cristo, que en aquellos que participemos realmente renovaremos ese encuentro y saldremos revitalizados y capacitados para luego en la vida ordinaria cotidiana, poder anunciar a Jesús.

Nuestras celebraciones eucarísticas, ¿nos permiten encontrarnos con Jesús? y los despachos de Cáritas, ¿son testimonio de la presencia de Cristo? ¿y nuestras reuniones? Simplemente son reuniones donde iluminamos nuestra mente, o verdaderamente nos encontramos con Cristo. La pregunta es: ¿Todo está al servicio de ese encuentro, o lo damos por supuesto?

También habló del humilde servicio que prestamos a Dios Trinidad, ¿de qué forma podemos hacernos presentes?

Esto es fundamental porque nosotros pensamos que el primer anuncio es una fórmula mágica que si la sabemos pronunciar en el momento oportuno, parecería como que diera frutos.

Entonces seria como que nosotros sabemos la fórmula que va a dar sus frutos. Pero en realidad no es así.  El papa habla que el kerigma es trinitario. ¿Por qué? Porque es verdad, hace falta pronunciar una palabra, y esa palabra tiene que sintonizar con la acción proveniente del espíritu en la vida de las personas.

El espíritu de Cristo está actuando en todas las personas, creyentes y no creyentes. La diferencia está en que los creyentes, por la luz del Evangelio, sabemos detectarlo. Entonces, el anuncio parte de reconocer cómo el Espíritu está actuando en la vida de esa persona, cómo esa persona tiene una apertura al misterio de Dios.

Y entonces poner palabras a partir del Evangelio, el Evangelio es Jesucristo, para iluminar esa acción del Espíritu. De tal forma que si la persona reconoce que lo que les estamos proponiendo es verdad, pues está llamada a dar su aceptación en la fe.

O no, nuestro anuncio lo proponemos, decimos, mira, de esta forma Jesús está en tu vida, Jesús está tratando de liberarte, está abriendo un camino nuevo, pero si la persona no lo acepta en su libertad, lo rechaza, no pasa nada.

Pero nosotros ya hemos prestado un servicio a la acción del Espíritu, a la acción de la Trinidad, que quiere encontrarse y quiere salvar a todo hombre que viene a este mundo.

También apuntó que debemos estar atentos a las “periferias existenciales”. ¿cómo detectarlas y unirlas a ese primer anuncio?

Esto es fundamental porque, en verdad, vivimos en una sociedad satisfecha. Entonces, todos tenemos experiencia de que mucha gente, amigos, nuestros familiares, no tienen oídos para el Evangelio. ¿Por qué? Porque están satisfechos, son felices, o sus frustraciones y sus miedos los derivan, a que su equipo gane la liga, o que va a ir a un concierto de su cantante favorito. Entonces, pero hay momentos en la vida que nos sitúan nuestros límites.

Eso es lo que el papa llama las periferias existenciales. Es como la hora de la verdad, donde cada uno nos tenemos que enfrentar a nuestro misterio. Si los cristianos somos capaces de estar cerca de las personas en sus momentos periféricos, en sus límites, probablemente ahí encontramos una disposición para poder escuchar el Evangelio. Una disposición, no es matemático.

Si los cristianos somos capaces de acercarnos a la experiencia, a la gente que está enferma, a la gente que está sola, a la gente que vive en el límite, o a  la que se cuestiona su vida, aunque le vaya muy bien. Ese es el momento donde el Evangelio, el primer anuncio, empieza a tener significado y a iluminar una realidad que a lo mejor, en un momento de satisfacción, no resulta atractivo.

¿Qué papel deben asumir los laicos en esta nueva etapa evangelizadora y ¿cómo puede la corresponsabilidad con sacerdotes y religiosos fortalecer la misión?

Si el primer anuncio y la misión se hacen en medio del mundo, si es cuando la comunidad está en peregrinaje, la mayoría de los cristianos son laicos, por lo tanto, el protagonismo de la misión recae sobre los laicos, porque están en la vida ordinaria, con sus familias, acompañando a sus hijos en el colegio, en el trabajo, en la comunidad de vecinos…

Si la misión hay que hacerla en medio del mundo, la Iglesia han salido la representan los laicos porque están fuera de la Iglesia habitualmente, aunque colaboran luego en la comunidad, el peso de la misión, la nueva etapa evangelizada, caracterizada por la misión, está sobre los laicos.

Entonces, los ministros ordenados: sacerdotes, diáconos, el obispo,… deberemos crear una plataforma de acompañamiento y de sostén para que los laicos sean verdaderamente misioneros allí donde se encuentran.

Durante este curso pastoral, tendremos la oportunidad de escucharle nuevamente en dos de los tres encuentros sobre el Primer Anuncio que ha organizado la Diócesis de Salamanca y que dirigirá en noviembre y febrero. ¿Qué nos ofrecerá en estas sesiones?

Lo primero, entender que es el primer anuncio. En la ponencia de ayer simplemente era justificar por qué era tan importante el primer anuncio, pero la siguiente ponencia será entender la dinámica del primer anuncio desde dentro, a qué llamamos verdaderamente el primer anuncio.

Y la segunda ponencia, una pedagogía, una pastoral del primer anuncio, un cristiano que está en medio de su mundo laboral, qué pasos más o menos deberá seguir para que el anuncio no sea como algo venido del cielo, sino que pueda ser un anuncio significativo.

Y cuáles son los elementos que debería observar en la otra persona, en su interlocutor, para ver si está o no preparado para coger ese anuncio.

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