09/08/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El pasado 4 de agosto, la Santa Sede hacía pública una carta del papa Francisco sobre el papel de la literatura en la formación, un documento dirigido especialmente a seminaristas y agentes de pastoral y válido para todos los fieles. En la carta, el pontífice pone en valor la lectura de novela y poemas, afirmando que desempeñan un papel importante “en el camino de la maduración personal”, tanto intelectual como espiritual, porque los libros abren nuevos espacios interiores, enriquecen, ayudan a afrontar la vida y comprender a los demás.
Francisco describe cómo un buen libro puede ser “un oasis” en tiempos de aburrimiento, soledad, cansancio y decepción, y señala que esa lectura puede abrir en cada persona “nuevos espacios de interiorización que eviten que nos encerremos en esas anómalas ideas obsesivas que nos acechan irremediablemente”. Para el Papa, una obra literaria “es un texto vivo y siempre fecundo”, en el que lector “se enriquece con lo que recibe del autor”, algo que le permite “brotar la riqueza de su propia persona, de modo que cada nueva obra que lee renueva y amplía su universo personal”.
El Obispo de Roma pide que “ se supere en algunos seminarios “la obsesión por las pantallas –y por las ‘fake news’ venenosas, superficiales y violentas– y se dedique tiempo a la literatura, a los momentos de lectura serena y libre”. Con ello lanza una critica a la tendencia actual a relegar la literatura a un simple entretenimiento, especialmente en el contexto de la formación sacerdotal, “como una expresión poco relevante de la cultura que no pertenece al camino de preparación, y por tanto, a la experiencia pastoral concreta de los futuros sacerdotes”. Un hecho que para Francisco resulta “una forma grave de empobrecimiento intelectual y espiritual” que se ven así “privados de tener un acceso privilegiado al corazón de la cultura humana y más concretamente al corazón del ser humano, a través de la literatura”.
Por ello, el Papa aboga por “un cambio radical acerca de la atención que debe darse a la literatura en el contexto de la formación de los candidatos al sacerdocio”, porque como sostiene, la literatura tiene que ver “con lo que cada uno de nosotros busca en la vida”. Y más adelante apunta que, la literatura puede “educar el corazón y la mente del pastor o del futuro pastor” a “un ejercicio libre y humilde de la propia racionalidad” y al “reconocimiento fecundo del pluralismo de los lenguajes humanos”, puede ampliar la sensibilidad humana y conducir a “una gran apertura espiritual para escuchar la Voz a través de tantas voces”. Para el Papa, las obras literarias son una especie de “campo de entrenamiento para el discernimiento”.
Señala Francisco que no prestar atención a la literatura significa perder la oportunidad de comprender y relacionarse con las diversas culturas y sus expresiones más profundas. Recordando su experiencia como profesor de Literatura en un colegio jesuita en Santa Fe, el papa Francisco cuenta cómo alentó a sus estudiantes a leer a autores que les interesaban, con el objetivo de desarrollar en ellos un gusto más amplio por la literatura.
Descárgate el texto íntegro de la carta aquí.