La Diócesis de Salamanca vivió el pasado domingo, 14 de abril, su primera gran jornada dedicada a la oración, dentro del año que ha convocado el papa Francisco previo al Jubileo de Roma de 2025. En su saludo inicial, el obispo, Mons, José Luis Retana, recordó esta petición del santo padre, “para que dediquemos este año a la oración. Y tras la presentación del ponente, por parte del vicario de Pastoral, Andrés González Buenadicha, el decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia, Francisco García, comenzó su intervención, que llevaba por título una pregunta: “Total, ¿para qué rezar?”.A lo largo de su camino como presbítero, él reconoció que siempre ha tenido una sensibilidad especial por la oración, de hecho, en su página web personal, http://www.entretiempodefe.es/, comparte numeroso material para facilitar la oración personal. De hecho, en su Diócesis de Zamora puso en marcha un proyecto de promoción de la oración durante diez años, “que frenó el Covid, pero no estamos retomando”, explicó.

La oración central: la eucaristía

Asimismo, recordó que la oración no es cuestión de un momento, “la oración es una forma de estar en el mundo, y que tiene momentos para alimentarla”. García también asegura que el centro de la oración cristiana, “es ponerse en la misma posición de Cristo, a su lado, para aprender a mirar a Dios”, determina. Y reconoce que para lograr eso hay que hacer lectura continua del Evangelio. “Hay dos lugares fundamentales donde se hace, el primero, la eucaristía, que es la oración central de la Iglesia, y si uno va a la eucaristía, ya reza”, insiste. Según aclara este sacerdote, “en la eucaristía nos ponemos de frente a él, él nos habla”.Francisco García es consciente de que a veces no se reza por falta de tiempo, “pero no se trata de buscar tiempo, sino de hacer tiempo, y que esa hora del día solo sea para ti”. Y él apuesta por la simplicidad, no hace falta crear una capilla en casa, “a veces basta para hacer ese ejercicio de oración con poner una imagen que nos acompañe y nos haga sentir la presencia de Dios allí, o una vela”. Otro gesto es abrir el Evangelio.Además, compartió diez reflexiones para quien inicia o retoma el camino de oración.

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