01/03/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El pasado sábado 24 de febrero, Madrid fue el escenario de la sesión final del Congreso “La Iglesia en la Educación: presencia y compromiso”, organizado por la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura. En este evento ha participado una representación salmantina encabezada por el obispo y miembro de dicha comisión, Mons. José Luis Retana, los delegados diocesanos de Enseñanza y Pastoral Universitaria, Rafael Blanco y Ricardo de Luis Carballada, la secretaria de Escuelas Católicas en Salamanca, Otilia Oviedo, dos profesoras de la enseñanza pública, Alicia Sánchez y Begoña Berrocal, y dos jóvenes universitarios: Javier Delgado y David Vázquez. Además, han participado la decana de la Facultad de Educación de la Universidad Pontificia de Salamanca, Amparo Jiménez y el profesor de la UPSA, Fernando González.
Con este congreso concluyó el trabajo llevado a cabo de los últimos cinco meses durante la fase previa del congreso, centrada en potenciar la participación y reflexión conjunta sobre los desafíos y metas de la educación cristiana en el siglo XXI. Desde el pasado 2 de octubre se han realizado nueve paneles especializados de experiencias que recopilaron valiosas experiencias que se han sintetizado en documentos marcos.
Para el responsable diocesano de Enseñanza, Rafael Blanco, el congreso “ha sido una hermosa ocasión de constatar la inmensa riqueza de la presencia de los cristianos en la enseñanza en nuestro país, dada su variedad e implantación, como el cardenal Tolentino puso de relieve”. Por su parte, el delegado diocesano de Pastoral Universitaria, Ricardo de Luis Carballada, destaca la importancia de este evento que al visibilizar “lo importante que es la educación para la Iglesia y la Iglesia para la educación”.
La sesión de la mañana agrupó a los participantes según los nueve campos temáticos en los que la Iglesia está presente y que fueron analizados también en la fase previa: colegios de ideario cristiano; profesorado de Religión; centros de educación especial; educación no formal; centros de Formación Profesional; universidades; profesorado cristiano; colegios mayores y residencias universitarias; y buenas prácticas de coordinación entre parroquia-familia-escuela. Los asistentes al ámbito de colegios se reunieron en la Fundación Pablo VI mientras que el resto lo hizo en el Palacio de Congresos de IFEMA, donde pudieron escuchar a ponentes de diversos organismos internacionales, así como de los ámbitos educativos regional y nacional.
En el acto de inauguración, el cardenal Juan José Omella transmitió las palabras del papa Francisco a los asistentes, destacando la urgencia de la misión educativa. El Papa insiste en un pacto educativo global que priorice a la persona y afirmó que “todos tienen derecho a la educación, nadie debe ser excluido”. Por ello, animó a ser “sensibles a las nuevas exclusiones que genera la cultura del descarte”. Resaltó que la educación católica busca la verdadera humanización” que brota de la fe y que genera cultura”. E instó a seguir reflexionando y caminando juntos, valorando la identidad y la fe, fomentando el trabajo en red y apostando por la libertad para promover la amistad social y la cultura del encuentro. Finalmente, Francisco alentó a los participantes a ser “artesanos de la paz”.
El delegado diocesano de Enseñanza, Rafa Blanco y las profesoras Alicia Sánchez y Begoña Berrocal participaron en la sección dedicada al profesorado de Religión, donde pudieron escuchar a ponentes como Emilio Doggliani, Carlos Esteban Garcés y Fernando Vidal. “Todos ellos han hablado sobre el contexto de la asignatura de Religión en educación en la Unión Europea”, como señala Berrocal. Esta profesora califica las exposiciones como “muy enriquecedoras y han surgido desafíos que se han añadido a los ya existentes en el Documento Marco que se presentó al inicio de la jornada”.
El delegado de Pastoral Universitaria, Ricardo de Luis Carballada, participó en la sección dedicada a las Universidades destacando que “fue una alegría compartir que la tarea principal de evangelización es presentar nuestra concepción del ser humano y nuestro modo de entender la existencia”.
Dos jóvenes universitarios, Javier Delgado y David Vázquez, también comparten su experiencia del congreso. Javier valora positivamente la dinámica del encuentro, destacando que fue muy participativo y fomentó el diálogo en grupo. Además, señala que las conclusiones se presentaron de manera creativa, utilizando incluso la danza y la música, lo cual le sorprendió gratamente. Este joven también reflexiona sobre las dificultades y fortalezas que enfrenta como estudiante, y, en particular, como estudiante católico. En ese sentido, afirma que “ahora tengo un poco más claro que tenemos que hacer camino y que tenemos que hacerlo haciendo que la gente deseche sus prejuicios contra la Iglesia, haciendo entrar en diálogo el humanismo cristiano con el mundo actual”.
Por su parte, David Vázquez, señala que este congreso “me ha enriquecido al compartir la experiencia y conocer las diferentes formas en que se transmite la espiritualidad en los diferentes ámbitos educativos”. También le ha fortalecido en el ámbito de pastoral, acerca de “las nuevas formas de transmitir la fe. Ha sido una gran experiencia conocer que en la Iglesia somos muchos realizando diversas tareas educativas bajo una misma fe”, concluye.
Ya por la tarde en el IFEMA, los participantes escucharon diferentes intervenciones, incluida la del prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, el cardenal José Tolentino Mendonça, quien valoró el ámbito educativo como una de las misiones más importantes de la Iglesia, “la educación es un mandato, viene de lejos y nos conduce hacia el futuro”, aseveró.
Tolentino habló del Pacto Educativo Global propuesto por el papa Francisco y el Nuevo contrato social para la Educación, de la Unesco, resaltando su fundamento en los principios de cooperación y solidaridad, la atención a la ecología, la valoración de los docentes, la inclusión, la equidad y la implicación de todos en la construcción del futuro de la educación. También animó a educar para la fraternidad y señaló la inteligencia artificial como un desafío educativo, abogando por trabajar para convertir la IA en una oportunidad para fortalecer la dignidad humana y la fraternidad en escuelas y universidades.
Tras ponencias ofrecidas por Fernando M. Reimers, miembro de la Comisión sobre los Futuros de la Educación de la UNESCO, y de la catedrática emérita de Historia de la Educación de la Universidad de Sevilla, Consuelo Flecha García, quienes elogiaron a la Educación, por su contribución a la construcción social y al bien común, tuvo lugar la puesta en común, con una breve intervención de los representantes de cada uno de los nueve ámbitos en los que se trabajó por la mañana.
Finalmente, el presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura, Mons. Alfonso Carrasco, cerró el encuentro con unas palabras de agradecimiento y el cardenal arzobispo de Madrid, Mons. José Cobo, dirigió una oración que puso el punto final a estos meses de trabajo.
Rafael Blanco señala que en ese encuentro se ha puesto de relieve la tarea fundacional de la Iglesia en el campo de la educación, “siendo avanzadilla y espacio creativo”. Señala que del congreso surgen desafíos que se harán públicos, y destaca que “todos convinimos en la belleza de esta hermosa tarea de trasmitir el Evangelio a las jóvenes generaciones”.
Alicia Sánchez también valora esta experiencia “en la que han compartido y vivenciado los problemas, retos, desafíos y anhelos de los que somos parte de este compromiso educativo”. Esta profesora afirma que han disfrutado “de la expresión, desde la belleza de diferentes artes, de todos los ámbitos educativos en los que está presente nuestra Iglesia”. Y señala que los participantes han regresado “con el compromiso de seguir caminando en pos de afianzar la identidad de la Religión en la educación en cada una de nuestras diócesis…. de trabajar con y para la evangelización. Venimos con la alegría de sentir que no somos piedras solitarias en el camino…si no que somos piedras que estamos llamadas a construir una Catedral”.
Junto a esta delegación salmantina también ha asistido el profesor Fernando González, de la Facultad de Educación de la Universidad Pontificia de Salamanca, y su decana, Amparo Jiménez, quien expresa su agradecimiento por la significativa apuesta realizada por la Iglesia española en este congreso. Cabe destacar que Jiménez formó parte del equipo motor del panel de Universidades y centros universitarios, durante la fase preparatoria del congreso. Este panel se dedicó a analizar la contribución que estos centros, con ideario cristiano, pueden realizar en el ámbito educativo.
En su opinión, “no cabe duda de que la formación integral del alumno es importante para cualquier universidad”. Considera fundamental “trabajar sobre la solidaridad, el compromiso y la equidad, que son actuaciones y valores fundamentales dentro de la educación en cualquier contexto”. Señala que reflexionaron sobre las fortalezas, amenazas, debilidades y oportunidades que tienen las universidades en la Iglesia para conseguir esta formación integral del alumno.
Entre los desafíos mencionados, se destaca la necesidad de promover la cultura del encuentro en los ámbitos universitarios, fomentando un diálogo sin miedo, abierto a todos los niveles e incluyendo interdisciplinariedad e innovaciones tecnológicas. También se menciona el reto de la cultura del cuidado como expresión de la identidad universitaria.
Otro desafío es la coordinación entre las diferentes entidades de la Iglesia, “generando vínculos locales, nacionales e internacionales, que nos hagan llevar una voz única donde se toman decisiones”. La excelencia en la investigación y la promoción del pacto educativo global desde espacios locales de cercanía se destacan como desafíos adicionales, “portando esa riqueza del humanismo cristiano al conjunto de la sociedad”, como señala la decana Amparo Jiménez.