ACTUALIDAD DIOCESANA

05/04/2018

#Historias nº 8, por Santi Casanova

Me pidieron coordinar una de las Pascuas Jóvenes que los Escolapios celebramos en nuestra Provincia Betania. Nos esperaba Oviedo. Era la primera Pascua juvenil después de varios años que, por cuestiones de trabajo y familia, estuvimos asistiendo a la pascua con adultos, profesores, miembros de la fraternidad… ¡Volvíamos a un escenario donde tanto aprendí como catequista tiempo atrás y donde tan feliz me sentí tantos años al lado de personas que, hoy por hoy, ya se han hecho mayores y son catequistas como yo!

Con la perspectiva que me da estar ya en tiempo pascual, sólo puedo decir que me he sentido tremendamente afortunado por poder haber celebrado los días más intensos para un cristiano junto a jóvenes. Chicos y chicas de entre 16 y 20 años, con su energía, su alegría, sus maneras, sus vidas, sus miedos, sus sueños, su no callarse ni debajo del agua, sus ganas de celebrar y ser felices… Fueron días llenos de pasión y de resurrección. Fueron celebraciones cargadas de fe y emoción, de sentido. Fueron catequesis plenas, actividades ricas y profundas, silencios densos e interpeladores…

Les pedí a Javi y a Roberto que me escribieran un pequeño testimonio de lo que ellos vivieron. Y aquí os lo dejo:

“Mi primera pascua. Una pascua intensa. Una pascua emocionante. Para mí, esta pascua ha sido un cambio de aires porque por primera vez no salía en mi procesión. Pero estando allí, me di cuenta de que ese cambio de aires lo necesitaba desde hacía mucho tiempo para regresar a casa, a mi vida, con más fuerzas que nunca. Estos días de celebración me han servido para volver a pensar, a buscar dentro de mí, para darme cuenta de muchas cosas que debo cambiar en mi vida para volver a acercarme Él. Para mirarme en ese agua sucia en la que Jesús nos lava los pies.

También me ha servido para fijar mi mirada en otras personas. Personas que pese a todo lo que han pasado, siguen queriendo repartir amor hacia nosotros.

Ahora, en casa, toca asimilar todo esto para llevarlo a mi vida y que haya un antes y un después con esta pascua. Pascua que será la primera pero no la ultima.” (Javier)

 

“Pascua, aparentemente no es lo más llamativo para un joven, hasta que tienes la oportunidad de vivir una. No es fácil abandonar Salamanca en unas fechas tan señaladas, soy un gran aficionado a las procesiones y renunciar a ello es costoso pero merece la pena.

Para mí la pascua es un balón de oxígeno, un momento de desconexión del mundo que te rodea en tu día a día, en ella debes estar abierto a todo sin ningún tipo de prejuicio para así sacarle el máximo partido a esos cuatro días. Es importante tanto contemplarse como contemplar, ya que el Señor se puede hacer presente en un momento de introspección o en alguien con quien estas compartiendo esta experiencia, y no tener miedo a lo que te pueda decir Él. Sorprende ver como la resurrección va invadiendo a aquellos que participan, cómo se ponen en presencia del Señor y así son capaces de vencer a sus cruces particulares. Entre tanto tú te preguntas cuándo llegará ese ansiado momento, te obcecas en algunas ocasiones en buscarlo, sin embargo cuando menos lo esperas, lo encuentras, ya sea en una frase, en una canción, en un testimonio, incluso en una mirada.

Es muy bonito volver a casa después de recargarse las pilas pero la Pascua no termina el domingo de resurrección, lo aprendido en ella o las conclusiones que te lleves debes aplicarlas en tu vida, en este caso, aprecias realmente la magnitud de lo vivido. No solo es la intensidad de unos días, es el inicio de un crecimiento personal basado en la figura de Dios.” (Roberto) 

He aprendido a ir sin expectativas. Simplemente ofrecer, darme, compartir con ellos lo que yo recibí un día. Y el Señor suele sorprenderme. Tantas veces vamos ya, como aquellas mujeres al alba, en busca de un muerto al que embalsamar y nos encontramos que el Señor está vivo, sigue vivo, que no podemos buscarlo entre los muertos.

Sigamos acompañando a los jóvenes. Sigamos educándonos mutuamente. Sigamos recorriendo juntos el camino de Emaús para descubrir, que ahí, tras los aparentes fracasos, cuando parece que ya estamos de vuelta de todo, ahí, justo ahí, el Resucitado se nos presenta con más fuerza que nunca y nos envía de nuevo a la misión.

Un abrazo fraterno
Santi Casanova – Laico escolapio
@scasanovam

 

¿Te gustó este artículo? Compártelo
VOLVER
Actualidad Diocesana

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies