07/02/2024
MERCEDES MARCOS, VOLUNTARIA DE MANOS UNIDAS
“No se puede saltar un abismo con pequeños brincos: ¡pega el salto!” (Anthony de Mello)
Un abismo es la distancia que se extiende infranqueable entre Sur y Norte. Manos Unidas nos habla de ello insistentemente en cada una de sus campañas.
El Sur padece Hambre, (grande, así con mayúsculas), sufre precariedad de asistencia sanitaria, carece de vivienda digna en un altísimo porcentaje, no tiene acceso al agua potable, soporta los gases de efecto invernadero que produce el Norte, enferma y muere por el extractivismo abusivo, es víctima de pobreza multidimensional, contabiliza la mayor parte de los 4.000 millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza. ¡El Sur…!
Nuestro planeta, Casa común de todos sus habitantes, lanza gritos avisando de su deterioro. La comunidad científica y el papa Francisco nos exhortan a la reflexión.
Pasemos de la noche del no ver a la luz del descubrir el objetivo del Creador. Cuidemos y admiremos la Creación que en sus seis días fue pasando de la noche de la nada al día de la vida. El Creador, tras su Palabra hecha vida, iba contemplando la belleza y bondad de cada criatura.
“Que el derecho corra como el agua y la justicia como un torrente inagotable” (Amós 5, 24). Dios quiere que reine entre nosotros la justicia tan esencial como el agua en nuestras vidas.
“Nuestro corazón, el de la Tierra, el de nuestras madres y abuelas y el corazón del Dios Creador no laten a unísono en la justicia y la paz, porque a muchos se les impide beber de ese río vigoroso” (Mensaje para el cuidado de la Creación, 2023. Papa Francisco).
“¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano? También a nosotros puede tentarnos esta pregunta, porque vivimos en medio de llamadas al bienestar cada vez con más volumen, silenciando las voces de la pobreza”.
“El descuido de la Casa común seguirá perjudicándonos en todos los ámbitos: salud, fuentes de trabajo, acceso a recursos, vivienda, migraciones…”
Lo ha dicho el papa Francisco: ”Nuestro cuidado y el de la Tierra están íntimamente unidos y relacionados con la dignidad humana. […] “La naturaleza no es un mero marco en que se desarrolla nuestra vida, somos parte de ella y estamos interpenetrados”. […] “Repensemos nuestro poder, su sentido y límites”.
El ser humano tiene un valor peculiar, pero su vida es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas, porque todos estamos unidos y entretejidos.
“Alaben a Dios, porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo” (LD)
Y si nos preguntamos dónde está Dios para amarle y alabarle… Jesús nos da la respuesta: está en los más necesitados de amor, en los despreciados, en los que estorban, en los hambrientos.
Y María, la Madre, nos enseña la manera de mirarlos, la que ella misma practicó con su Hijo en las Bodas de Caná: le miró de abajo arriba reconociendo Quién era.
Peguemos nosotros el salto, practiquemos la comunión con la Tierra, el aire, el agua y las criaturas, en la certeza de formar parte de un destino entretejido, contando especialmente con los pobres, débiles y frágiles… levantando la mirada a ellos de abajo arriba, levantando así también su dignidad.
Seamos, como nos anima el Papa, “protagonistas de una nueva coreografía que coloca en el centro a la persona, seamos coreógrafos de la danza de la vida”.
Éste es el “Efecto Ser Humano” al que Manos Unidas nos anima en esta Campaña, un efecto que es una invitación a nacer de nuevo como en la nueva primavera que se acerca. Para ello os invito a pegar el gran salto de cada uno de nosotros al hermano, de mí mismo a mi hermano. Gracias.
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