01/02/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El papa Francisco pide oración y compromiso para los enfermos terminales y sus familias en la edición de febrero de El Video del Papa. El santo padre comparte su intención de oración en este mes que enmarca la Jornada Mundial del Enfermo, convocada desde 1992 por Juan Pablo II el 11 de febrero, memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes.
Francisco constata que hay dos palabras que, cuando algunos hablan de enfermedades terminales, las confunden: “incurable e in-cuidable”. Y no son lo mismo, detalla: “Curar si es posible, cuidar siempre”, afirma, haciendo referencia a Juan Pablo II en el videomensaje que dirige a cada creyente, a través de la Red Mundial de Oración del Papa.
Las imágenes de El Video del Papa de febrero hablan de una serie de fracasos o de éxitos: fracasos, si el único resultado aceptable es la sanación; éxitos, si el objetivo es el cuidado. Francisco lo explica claramente: incluso cuando hay pocas posibilidades de curación, “todos los enfermos tienen derecho al acompañamiento médico, al psicológico, al espiritual y al humano”. Y continúa: “No siempre se consigue la curación. Pero siempre podemos cuidar al enfermo, acariciar al enfermo”.
El papa Francisco nos invita a mirar al enfermo con amor -a comprender, por ejemplo, que el contacto físico puede dar mucho incluso a quien ya no es capaz de hablar y parece no reconocer ya a sus propios familiares- y a acompañarle de la mejor manera posible, durante todo el tiempo que necesite.
Además, el papa insiste en la importancia de los cuidados paliativos y de la familia, que -como escribió la Congregación para la Doctrina de la Fe en la carta Samaritanus bonus de 2020- “está al lado del enfermo y da testimonio de su valor único e irrepetible”.
Sobre los cuidados paliativos, Francisco reitera que “garantizan al paciente no solo la atención médica, sino también un acompañamiento humano y cercano”. En tanto, al hablar sobre el rol de las familias, recuerda que “no pueden quedarse solas en esos momentos difíciles”, pues “su papel es decisivo y tienen que tener los medios adecuados para desarrollar el apoyo físico, espiritual y social”.
Por eso, el Papa concluye pidiendo las oraciones y el compromiso de todos para que “los enfermos terminales y sus familias reciban siempre los cuidados y el acompañamiento necesarios, tanto desde el punto de vista médico como humano”.