03/11/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Goretti Sánchez es nueva en este ministerio, cuya tarea principal es acercar la Palabra en un determinado templo cuando el sacerdote no está. Y no es la única tarea del celebrante, porque también distribuyen la eucaristía a los fieles, entre otros gestos. Ella es de la comunidad parroquial de Poveda de las Cintas, y el párroco le ha ofrecido hace unas semanas la posibilidad de realizar este servicio. “Y dije que sí sin dudarlo, porque me da mucha pena como los pueblos van quedándose sin gente, sin servicios, y pensar que nos podemos quedar también sin la palabra de Dios, ya es muy duro”.
Ella no lo dudó ni un momento, “tenemos que arrimar el hombro, y que la Palabra de Dios por lo menos esté presente una vez a la semana en nuestros pueblos”. Goretti sabe que el sacerdote siempre estará, pero cuando no llegue, que cuente con el apoyo de la comunidad. “Nos tocará ser solidarios y arrimarnos al resto”, subraya.
El pasado 28 de octubre se convocó en la Casa de la Iglesia un encuentro de moderadores de celebraciones de la Palabra. A esta cita estaban llamados tanto los que realizan esta labor y se han formado en un curso que se ofreció hace unos años, como los que quieren iniciar esta tarea en sus iglesias. A la convocatoria acudieron cerca de un centenar de personas de diferentes puntos de la Diócesis, en especial, del medio rural.
Silvia también se acercó a este encuentro, aunque realiza este ministerio de celebrante desde hace un año en la zona de La Armuña. “Tengo cuatro pueblos a los que sirvo, y la verdad es que es una experiencia maravillosa”, reconoce. Ella considera que este servicio es importante para la Iglesia, “me lo ofreció el sacerdote de Gomecello, porque pasó allí los veranos con mi madre, y sin pensarlo dije que sí”. Esta celebrante piensa que es importante que los cristianos, “nos sigamos alimentando de la Palabra y de la eucaristía“.
También tiene claro que como cristiana, su misión es evangelizar, “lo que Dios me ha dado gratis, pues hay que darlo gratis”, y para Silvia es una experiencia “maravillosa que la Iglesia nos ofrece en estos tiempos de ahora”. En la actualidad, cada 15 días acude a las parroquias de Pitiegua, El Pedroso de la Armuña, Espino de la Orbada y Villanueva de los Pavones.
De una parroquia de la capital procede Rubén, en concreto, de la de Fátima, pero en la comarca de Guijuelo acompaña en las celebraciones de la Palabra al diácono permanente, Pepe Sánchez. Cada domingo acuden a los municipios de Guijo de Ávila, La Tala, Bercimuelle y Gallegos de Solmirón. “He venido a la reunión de celebrantes de la Palabra porque tengo motivación y vocación para intentar hacerlo yo”. Él es uno de los más jóvenes que acude a esta convocatoria, de 39 años. En la parroquia de Fátima también participa en la Pastoral de la Salud y es voluntario en Cáritas.
Del tiempo que lleva acompañando a Pepe Sánchez valora la alegría y la gratitud de las personas de todos los pueblos a los que acuden, “y ver cómo nos reciben”.
Uno de los celebrantes veteranos es Vicente, de la parroquia de Calvarrasa de Abajo y Pelabravo, que lleva realizando este ministerio desde 2011. “La primera celebración que realicé fue en Calvarrasa de Abajo, porque nuestro párroco, Aníbal, ya nos iba iniciando en este servicio”, aclara. Él y su esposa eran catequistas, además de pertenecer al grupo de Encuentro Matrimonial. “Para mí esta labor fue un envío que yo acogía, de llevarlo con humildad, pero también con los dones que el Señor me ha dado con la Palabra, y con la ayuda de los demás, del coro, que también llevamos”.
Vicente reconoce que el primer día iba un poco nervioso, “pero fue enriquecedor, y la acogida por parte de la comunidad parroquial fue positiva”. Y desde entonces, realiza este servicio cuando se lo demandan, “al año dos o tres veces”, y para él, “es una gracia que el Señor me haya hecho esta llamada y que pueda realizarla, siempre con ese sentido de servicio a los demás, que es lo que me enriquece”.
En una zona de la Sierra de Francia es celebrante de la Palabra, Pedro Cascón, aunque vive en Pelabravo. Su llamada de servicio la recibió en plena pandemia, al sentirse acompañado de forma especial en su enfermedad por el responsable de Pastoral de la Salud, Fernando García, y sentir el cariño de la Iglesia. Es nuevo en esta labor, pero ya ha ido en una ocasión a Peñacaballera, El Cerro, Valdelageve, Lagunilla y Montemayor del Río. Para él fue una forma de devolver todo lo recibido en un momento delicado de salud por el Covid.
“La gente de la Sierra es maravillosa“, matiza, y de hecho, recuerda cada nombre de las seis mujeres mayores que acudieron a la celebración de la Palabra que ofreció en Valdelageve.
Por su parte, el vicario de Pastoral, Andrés González Buenadicha, realiza un balance positivo de la participación en el encuentro de celebrantes. “Han acudido los que han sentido de alguna manera la llamada desde su vocación bautismal, a ofrecerse para desempeñar este ministerio de la celebración de la Palabra en espera de presbítero”. Para este responsable, ver a tanta gente, “ha sido alentador y esperanzador”.
El encuentro comenzó en la capilla mayor de la Casa de la Iglesia con una oración, “para ponernos en la presencia del Señor, para dejarnos calentar el corazón por el espíritu de Dios”. El vicario general de la diócesis, Tomás Durán, les dirigió unas palabras de aliento: “Sois enviados por la Iglesia desde un ministerio que parte, sobre todo, de vuestro bautismo, porque sois hombres y mujeres bautismales, y hacéis este ejercicio no por una delegación nuestra, ni por la ausencia de curas, sino por vuestro bautismo”.
Asimismo, les reconoció que era una tarea “apasionante“, y por ello le dio las gracias, “es un regalo que el Señor nos hace a la Iglesia diocesana con vuestra presencia, con vuestra vuestros nombres, con vuestros rostros”.
La segunda parte del encuentro ha sido más formativo, desde la importancia de la palabra de Dios en la vida de las comunidades; de la eucaristía y del domingo, “y la de acompañar a las comunidades, especialmente, del mundo rural”, detalla el vicario de pastoral. Además, han trabajado en grupos más pequeños, “para compartir su experiencia aquellos que vienen desarrollando esta tarea”.
Antes de finalizar, escucharon los testimonios de dos celebrantes de la Palabra de La Armuña, Aurora Goitia y Carmen Igea. Después, presentaron el cursillo de moderadores de la Palabra para este curso, al que se han inscrito ya 45 personas. Se celebrará a lo largo del curso pastoral los días 2 de diciembre, 20 de enero, 2 de marzo, 13 de abril y 9 de junio, con una clausura en la ermita de Cabrera. Todavía está abierto el plazo de inscripción.
TRÍPTICO DEL CURSILLO DE MODERADORES DE CELEBRACIONES DE LA PALABRA EN ESPERA DE PRESBÍTERO