ACTUALIDAD DIOCESANA

20/10/2023

“La llama del Sínodo se mantendrá en las parroquias, en las comunidades religiosas y en los grupos, buscando que conversen”

El jesuita Juan Antonio Guerrero hablará sobre su último libro, sobre “Conversación espiritual, discernimiento y sinodalidad”, en el próximo encuentro sinodal diocesano que tendrá lugar en la Casa de la Iglesia el 29 de octubre, a las 17:00 horas

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La conversación espiritual centra el libro sobre el Sínodo que han escrito dos jesuitas, Juan Antonio Guerrero y Óscar Martín. El primero de ellos vive en Salamanca desde hace tres meses y es el nuevo director del Centro de Espiritualidad San Ignacio. Hasta diciembre de 2022 ha sido prefecto de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede. El próximo 28 de marzo, a las 17:00 horas, participará en el encuentro sinodal que tendrá lugar en la Casa de la Iglesia en el marco de la celebración de la asamblea general en Roma. Allí hablará sobre los pilares que centran su publicación: “Conversación espiritual, discernimiento y sinodalidad”.

El 29 de octubre celebramos un encuentro sinodal para hacer presente la asamblea que se está celebrando en Roma, ¿qué importancia tiene este momento del Sínodo?

Este momento del Sínodo está generando comunión, a falta de la conclusión del año que viene. Los sinodales están teniendo conversaciones y tratando temas, y por lo que llega, hay un buen ambiente. Se ha insistido en que haya un poco de ayuno de palabra pública, y desde fuera a algunos les molesta, pero es que en realidad están haciendo como un retiro para escuchar al Espíritu y para compartir lo que sienten que se les dice.

 

¿Cómo se puede vivir desde la diócesis?

Siempre cuando hay un encuentro de estos, lo podemos acompañar con la oración. En Salamanca, se ha vivido cuando se ha preparado el Sínodo, y después, en la fase continental, y probablemente, alguna cosa después volverá de lo que se haya tratado. Será bueno que se mantenga la llama viva para fomentar la comunión, renovar la misión y la participación. Esas tres son las asignaturas para trabajar siempre en la diócesis.

 

En este encuentro diocesano nos hablará sobre la conversión espiritual, ¿en qué consiste?

La conversación espiritual es el método que han adoptado en el Sínodo. El papa Francisco siempre ha subrayado que lo que queremos hacer es escuchar lo que nos dice el Espíritu, que es lo que están intentando hacer en Roma.

La conversación espiritual consiste en un modo de hablar y de escuchar. El modo de hablar no se trata de que yo diga lo que pienso y lo que me parece, o que presente mis ideas o mis planes, se trata de que después de que todos hayamos orado, compartir lo que hemos escuchado y experimentado del Espíritu, lo que sentimos que el Señor nos dice o nos da en la oración.

Juan Antonio Guerrero es el nuevo director del Centro de Espiritualidad San Ignacio, de Salamanca

Los modos de conversar desde el Espíritu

Y existen varios tipos, ¿cómo los podemos diferenciar?

Hay un modo de hablar que es intencional, y que se habla desde lo profundo, desde el corazón, y hay un modo de escuchar, porque en la conversación espiritual hay un segundo momento, que a los demás también les habla el Espíritu, y entonces, hay que escuchar a los demás. Y hay un modo de escuchar que es interesante, porque fundamentalmente la conversación espiritual es escuchar, de un modo que nosotros llamamos en el libro, activo y vulnerable. Activo porque intentas escuchar a la otra persona por completo, no solo lo que te dice, sino lo que te quiere decir, del modo más positivo y más receptivo posible. Y vulnerable, porque lo que escuchas puede cambiar tus modos de ver, puede cambiar tus modos de comprender las cosas. Nosotros decimos que hay una escucha blindada porque ya sabes lo que lo que te van a decir.

Y hay otro modo ideológico que ese lo vemos entre nuestros políticos, que no te escucho, y mientras que tú hablas, yo preparo la respuesta para batirte. Pues tampoco es la escucha que buscamos. El Sínodo está buscando qué es lo que el Espíritu nos dice, y también, a través de los otros.

 

Pero la conversión espiritual no es nueva para la Iglesia…

Desde el principio de la Iglesia, la conversación espiritual existe, por ejemplo, si miramos a María e Isabel en el evangelio, son dos mujeres llenas del espíritu que conversan y cada una saca lo mejor de la otra. O si pensamos en San Agustín, de sus conversaciones con Santa Mónica, su madre; o San Francisco y Santa Clara, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, etc. Es lo que en la Iglesia venimos buscando, porque lo que buscamos es hacer lo que el Señor quiere, y nos disponemos para eso del mejor modo que sabemos.

 

El papa francisco ha escrito el prólogo de su libro, ¿qué destacaría de su mensaje?

A mí me alegra que le haya gustado, y que vea que es un libro que puede hacer bien en la Iglesia. Una de las cosas que se señala en el “Instrumentum laboris” es la importancia de formación de las personas que tienen que acompañar los procesos de discernimiento en común, y de conversación espiritual. Y luego ha subrayado algunas cosas que también me alegran, por ejemplo, las disposiciones para el discernimiento porque si esto va de buscar la voluntad de Dios, o me vacío de mi voluntad, o no voy a poder encontrarla, porque hay que hacer el hueco para que se nos comunique lo que el Señor quiere de nosotros.

 

¿De qué herramientas disponemos para poder hablar y escuchar desde ese Espíritu?

Disponemos de la oración, el hacer silencio en nuestra vida, escuchar que es lo que el Señor quiere. Y tenemos la Palabra de Dios, porque también hay otra cosa, que en el discernimiento en común hay que intentar neutralizar, que son las voces que suenan, que algunos llaman voces mudas de nuestra cultura,  y tenemos que silenciar las cosas que muchas veces están en el ambiente y que están indiscernidas. No se trata de que seamos altavoces de un medio de comunicación o de otro, sino simplemente que bebamos en aguas más profundas para escuchar algo más profundo que lo que se va diciendo por ahí.

Evitar el ruido exterior

Con tanto ruido exterior no es fácil conectar con ese Espíritu… ¿qué beneficios tiene?

La conversación espiritual permite tratar temas en conflicto, y cuando tenemos un objetivo común, que es cumplir la voluntad de Dios, queremos acertar con lo mejor para la Iglesia, y queremos no aferrarnos cada uno a lo que ya pensamos. Pues vamos a escuchar, vamos a compartir, y a escucharnos, y al final se decide, después de escucharnos de esa manera vulnerable. Y decir, bueno, aunque al final no se haga lo que yo pensaba al principio, he escuchado a los demás con profundidad, y también me he expresado, no para defender lo mío, sino para mostrar lo que me parece que es mejor. Y aunque no sea lo que yo quería, puedo comprender y sostener que lo que se hace es sensato, que es lo mejor, y esto es una ayuda enorme. Y para mí, esta será la bendición del Sínodo, el haber introducido este deseo de escucha, este deseo de participación de todos, que será una bendición para la Iglesia, y ya lo estamos viendo en consejos pastorales o en comunidades religiosas, etc.

 

En su libro habla de que la conversación en el espíritu es un instrumento para fortalecer a la Iglesia, ¿en qué aspectos?

Yo creo que va a fortalecer la participación, la comunión y la misión. La conversación en el Espíritu permite que participen todos, y en un plano de igualdad. Conversar es que todos vertemos en un cauce común la diversidad que traemos y podemos tener distintas perspectivas, pero tenemos un cauce común en el que vertemos y lo aportamos. Y yo creo que esto es un enriquecimiento para la Iglesia, no ser tan monolítica, y una vez que participamos, lo hacemos con un sentido de comunión, y yo creo que esto a la larga para la Iglesia va a ser una bendición enorme.

Y también el hecho de renovar la misión, sobre qué pasos tenemos que dar, por dónde nos inspira el Espíritu, y cada uno tiene su visión y su empecinamiento o sus ideologías, pero una vez que nos despojamos de esto, y hablamos fraternalmente, yo creo que estamos construyendo algo precioso.

 

En el seno de la Iglesia, ¿cómo se puede lograr la participación activa, la escucha atenta o el discernimiento espiritual? ¿Se práctica?

Siempre ha habido grupos que son portadores del Espíritu, pero ahora se nos ayuda porque hay un modo pautado para ponernos a hablar, para hacerlo con un cierto orden, y luego ya iremos cogiendo los automatismos. Pero con la conversación espiritual, cuando la gente está llena de Dios y del Espíritu, pues acaba compartiendo y se enriquece mutuamente, y hay un modo, digamos abierto, un modo natural y espontáneo. Es bueno tener un poquito de método

 

También cita a Santa Teresa de Jesús al hablar de esta conversación espiritual…

He seleccionado a Santa Teresa porque me parece que la conversación espiritual es algo de la Iglesia, y en Santa Teresa, cuando habla de favorecer la amistad espiritual, he buscado modos de decir lo que en la Iglesia se ha dicho siempre, y ella habla mucho de esto, y era una gran conversadora espiritual.

 

Tras dos años de trabajo sinodal, ¿cómo podemos mantener viva esa llama en Salamanca?

Yo creo que la llama se mantendrá en las parroquias, en las comunidades religiosas, en los grupos, y también buscando que conversemos o que conversen los distintos.  Que no sean solo los jóvenes conversan con los jóvenes, o los mayores con los mayores, y que la parroquia sea un medio en el que la gente se encuentra, porque si no cada uno tiene su jerga y su mundo, y para generar comunión es bueno que la diversidad vierta en un cauce común, y que el Espíritu nos armonice, como le gusta decir al papa Francisco.

 

¿Te gustó este artículo? Compártelo
VOLVER
Actualidad Diocesana

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies