08/02/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Cuando a Maruchi Gómez y a su marido les operaron de cáncer, hace ya más de 20 años, a ella le entró la necesidad de estar al lado de los enfermos en algún tipo de voluntariado. “Quedé muy sensibilizada y enseguida busqué dónde poder estar con enfermos y con personas que estuvieran solas”, reconoce. Y así llegó al equipo de Pastoral de la Salud de la parroquia de Pizarrales, “y a partir de ahí he hecho varias visitas, aunque ya han fallecido cinco de las personas que iba a ver”, lamenta entristecida.
Pero en su memoria y en el corazón tiene guardadas varias historias, “muy bonitas”, como ella misma califica. Entre ellas, la de Feli, que llegó a formar parte de su familia, a la que conocían hijos y nietos, e incluso la llevaba a casa para comer o cenar con ellos. “Ella no tenía familia, y primero estaba en su casa, pero más tarde se fue a la residencia de las Hermanitas de los Pobres”, relata.
Maruchi Gómez afirma que a Feli la quería mucho, “y toda mi familia, porque también la iba a visitar”. En la residencia de las Hermanitas de los Pobres coincidió con el que fue párroco de Pizarrales, Jesús García, entregado toda su vida de forma especial a la Pastoral de la Salud, a la que pertenece esta salmantina. En cuanto a su tarea en la residencia, “allí he cantado, he bailado y he hecho de todo, porque además siempre había un ambiente muy bonito”.
En más de una ocasión, Feli agradeció a Maruchi su atención, pero esta voluntaria de Pastoral de la Salud tiene claro que “recibimos más de lo que damos”. Pero la de Feli no ha sido la única historia que tiene en su corazón, porque también recuerda a otras mujeres solas y sin familia que también visitaba, “hay gente muy muy sola”.
La pandemia ha distanciado físicamente a los voluntarios de las visitas, pero el lazo se mantenía unido, “a través del teléfono, pero de alguna manera la cercanía también ha estado ahí”. Esta voluntaria también reconoce que como vive en Pizarrales, “también se hace una Pastoral de la Salud incluso en la calle, porque como nos conocemos casi todos, les preguntas qué tal está, es algo especial…”.
A base de años de experiencia acompañando a personas solas y enfermas, Maruchi asegura que va aprendiendo una serie de herramientas, “como por ejemplo, no apabullar, o la importancia de la escucha, porque escuchas historias preciosas, pero claro, tienes que dar el espacio”.
Lo más triste es cuando fallecen, como ocurrió con Feli, “la verdad es que un cachito de corazón se va también”. Para ella, la labor de Pastoral de la Salud desde su parroquia es maravillosa, “todas las semanas tenemos reunión para poner en común las visitas que hemos hecho”. En el barrio existen dos grupos, uno de jóvenes, y otro de mayores. “Y hacemos visitas a domicilios, residencias o a los hospitales”, subraya.
De cada persona que ven hacen un seguimiento, y saben todo de ellas, sobre todo, fechas especiales, como el cumpleaños o su santo. “Yo estoy muy contenta, y a mí me aporta mucho más que lo que les doy a ellos, me ha hecho mejor persona, más receptiva, y me ha enseñado a mirar con los ojos del corazón, no solamente con la imagen que ves”.
Del equipo destaca que se trabaja a la persona de forma integral, “no tiene por qué ser creyente, y si quieren que recemos, rezamos, nosotros acogemos a la persona igual, y luego qué más da, si Dios sabe dónde está todo”.
El director del Servicio diocesano de Pastoral de la Salud es el sacerdote, Fernando García, que también es capellán del hospital de Salamanca, y recuerda que cada 11 de febrero se celebra la Jornada Mundial de Enfermo, que coincide con la festividad de Lourdes. Y como advierte, se prolonga “hasta la Pascua del Enfermo”, en ese tiempo litúrgico.
Este responsable recuerda el lema elegido para este año, “centrado en España en la atención a la tercera edad, a los ancianos, que son una realidad tan amplísima en nuestra sociedad, y en la Iglesia de Castilla y León”.
Fernando García insiste en que también se trata de una invitación a tener en cuenta la riqueza que suponen los mayores, “para toda la sociedad”, y por eso, subraya, “hay que tenerlos presentes y cuidarlos especialmente en esa fragilidad y vulnerabilidad”. En esta campaña se invita a tenerlos presentes de manera especial, “darles el valor que les corresponde”.
Desde el Servicio diocesano de Pastoral de la Salud han programado una serie de actividades y celebraciones para concienciar a la sociedad sobre estos temas. La primera de ellas, junto a Manos Unidas de Salamanca en las “10 horas de oración”, que tendrá lugar este viernes, 10 de febrero, de diez de la mañana a las siete de la tarde en la capilla del colegio mayor Montellano, y que se clausurará con la eucaristía.
Además, este sábado, 11 de febrero, se celebrará la eucaristía de la Jornada Mundial del Enfermo en la parroquia de Jesús Obrero de Pizarrales a las 19:30 horas, “en recuerdo también del que fue su sacerdote durante tantos años, Jesús García, que fue un gran promotor de la Pastoral de la Salud”, reconoce Fernando García.
Y desde Pastoral de la Salud también han programado una serie de conferencias y una mesa redonda sobre la realidad de las personas mayores; la respuesta social; la psicología; de sus patologías más habituales, o de la espiritualidad, entre otros. Estas conferencias tendrán lugar los días 15 y 16 de febrero, a las 19:15 horas, en el salón del Colegio Oficial de Médicos (C/ Bientocadas, 7), a cargo de la geriatra del HUSA, Carmen Pablos y de representantes de las administraciones públicas; y, el 27 y 28 de febrero, a la misma hora, en el Colegio Profesional de Enfermería de Salamanca (C/ Dimas Madariaga, 14), en las que intervendrán el catedrático de la Facultad de Psicología de la UPSA, Antonio Sánchez Cabaco y el sacerdote José María Yagüe. A esta iniciativa se sumará también el día 23 de febrero la proyección de una película sobre los mayores en los cines Van Dyck, a las 17:30 horas.
Y por último, organizarán una convivencia el 4 de marzo, en Aranjuez e Illescas y un retiro en El Castañar, del 10 al 12 de marzo: “Es un programa amplio para que todo el mundo pueda participar”, asegura este responsable de Pastoral de la Salud.
Fernando García resalta la importancia de los voluntarios en todas las tareas que desempeñan en el día a día, como la visita a domicilios, a las residencias o a los hospitales. “Se cuenta con un grupo muy amplio de voluntarias, sobre todo mujeres, y algunos voluntarios, pero pocos, por eso ánimos a los hombres a que participen”, aclara.
Tras la pandemia, en la actualidad están recuperando la atención sacramental en las residencias, así como la presencia pastoral a través de otros equipos de voluntarios. Todos los meses tienen una reunión de equipo en la Casa de la Iglesia, entre otras actividades que se mantienen durante todo el año.
Este sacerdote invita a todas las parroquias a que celebren una eucaristía por los enfermos, “para dar visibilidad a la realidad de estas personas que nos rodean y forman parte de nuestra comunidad”.