23/12/2022
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Las religiosas de la Orden de la Visitación de Santa María de Salamanca, conocidas popularmente como Salesas, celebran en estos días el IV centenario de la muerte de San Francisco Sales (21 agosto de 1567-28 diciembre 1622), cofundador de la Orden junto a Santa Juana de Chantal, y han querido aprovechar la ocasión para dar a conocer su figura, carisma y espiritualidad, así como su vida en comunidad.
Este santo francés, doctor de la Iglesia, nació en el seno una familia noble y eligió dedicar su vida a Dios, ordenándose sacerdote y renunciando a sus títulos de nobleza. Como pastor de almas, hizo volver a la comunión católica a muchos hermanos que se habían separado por el surgimiento del calvinismo, enseñando con sus escritos la devoción y el amor a Dios.
El 6 de junio de 1610 funda la Orden de la Visitación junto a Juana de Chantal, que sería aprobada por la Santa Sede en 1618. La Orden honra a la Virgen María en su misterio de la Visitación, y en sus inicios las religiosas visitaban a los pobres imitando a la Virgen María en su visita a su prima Isabel. Después, se constituyeron como instituto de vida consagrada contemplativa.
La Madre Imelda, superiora del Monasterio de la Visitación de Santa María de Salamanca, recuerda que en la época de San Francisco de Sales “había muchas órdenes de penitencia, y él veía que muchas almas no podían ser religiosas”. Por eso, decidió fundar la Orden de la Visitación, en la que “no tenemos austeridades grandes, pero sí una profunda humildad con Dios y con el prójimo. Y esto es parte de nuestro carisma”, como reconoce esta religiosa. Un característica de esta orden, desde los tiempos fundacionales, es que aceptan a la vida monástica a mujeres de salud débil o edad madura.
Estas monjas viven en clausura siguiendo los consejos evangélicos de pobreza, castidad, obediencia y humildad. “Nuestro santo fundador quería ese espíritu grande para vivir en profunda humildad, porque ¿quién no es tan humilde ante un Dios tan grande?”, se pregunta la Madre Imelda.
El Monasterio de la Visitación de Santa María fue fundado el 30 de abril de 1910 por las Salesas de Burgos, con la ayuda de la Madre Superiora y algunas hermanas de Pamplona. En la actualidad, la comunidad está formada por diez hermanas, de las cuáles una es de Kenia, otra de Colombia, cuatro de Burundi y otras cuatro españolas, lo que supone “una gran riqueza”, como reconoce su superiora.
La Madre Imelda, recuerda con añoranza que cuando ella ingresó en el Monasterio eran más de cuarenta y pide también a su fundador, “el santo de la dulzura”, nuevas vocaciones en este cuarto centenario, “a ver si algunas almas se animan”. Esta religiosa asegura que “serán felices como lo es ella”.
Esta monja, natural de Ávila, afirma que su vocación surgió en su niñez aunque no fue hasta los 16 años cuando ingresó en este Monasterio de la Visitación, y de eso “hace ya 59”. Desde hace ocho años es su superiora y reconoce estar feliz, “porque la felicidad solo la da a Dios, solo llena Dios, no las cosas”. Y confiesa que “ha palpado su gracia” y “soy feliz, no puedo decir otra cosa”.
La Madre Imelda invita a la comunidad diocesana a visitarlas en su monasterio del paseo del Doctor Torres Villarroel nº 56, y en la iglesia de María Mediadora, que las hermanas cedieron como sede de la parroquia.
Estas religiosas invitan a la comunidad diocesana a celebrar junto a ellas, el triduo a San Francisco de Sales que han preparado para los días 26, 27 y 28 de diciembre, en su iglesia. Los tres días habrá rezo del santo rosario meditado, a las 19:20 horas, seguido de la eucaristía presidida por el salesiano Juan Manuel Ruano, a las 20:00 horas.
Además, el martes, 27 de diciembre, víspera de la muerte de San Francisco de Sales, se celebrará una vigilia de oración a las 23:00 horas, con posibilidad de confesiones y que concluirá con una eucaristía, ambas presididas por el párroco de La Alberca, Alfredo Fernández.
Finalmente, una eucaristía solemne pondrá el broche final a estos actos conmemorativos, el miércoles, 28 de diciembre, a las 20:00 horas, en la iglesia de María Mediadora.