09/09/2022
La festividad de la Virgen de la Vega volvió a congregar a un número de fieles similar a años anteriores a la pandemia. Tras el rezo de laudes, presidido por el obispo de la Diócesis de Salamanca, Mons. José Luis Retana, comenzó la misa pontifical. En esta ocasión, el prelado salmantino estuvo acompañado de seis obispos escoceses y el clero diocesano.
Como es habitual en esta festividad, a la eucaristía acudió la corporación municipal, encabezada por el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, así como el presidente de la Junta de Castilla y León, el salmantino, Alfonso Fernández Mañueco, entre otras autoridades.
En su saludo inicial desde la sede, Mons. José Luis Retana, recordó que María ha sido siempre “un refugio y un aliento para seguir avanzando por los caminos a veces difíciles de nuestra vida”. Además, quiso pedir la intercesión de la patrona ante el Señor, “rogando por las familias de nuestra ciudad, especialmente por las que tienen graves problemas y por las que se han roto”, subrayó.
Y de una manera especial, pidió su ayuda para la Iglesia perseguida en Nicaragua, “para que sus gobernantes cesen en su enfrentamiento con la Iglesia católica”.
En su homilía, el prelado destacó lo “hermoso” de iniciar el curso a los pies de la Madre, “que abre sus brazos al pueblo de Salamanca que llega hasta ella”. Parte de sus palabras las dedicó a la festividad que se celebraba, el nacimiento de María, y el mensaje de las lecturas de ese día. Para Mons. José Luis Retana, celebrar la Natividad de la Virgen María “nos sitúa ante la figura de la Madre del Señor, para aprender a estar disponibles, para acoger y aceptar lo que Dios tiene reservado a cada uno, asumiéndolo con todas las consecuencias”.
En relación a la fiesta de la patrona de la ciudad, el obispo cree que es un día para que todos los salmantinos miren a la Virgen de la Vega, “su obispo, los sacerdotes, las autoridades puestas al servicio de un pueblo, cada uno desde su circunstancia concreta”. El pastor pidió que se contemplara a María, “y pidamos que nos regale humildad y disponibilidad para aceptar lo que Dios ha pensado para nosotros desde la eternidad”.
En esa misma línea confirmó que la Virgen de la Vega “es el pilar fuerte que sostiene y alienta la fe de este pueblo de Salamanca”. Mons. José Luis Retana considera que la Virgen “es la mejor evangelizadora, en la que hemos de mirarnos para ser fieles al Señor y transmisores de la fe a las generaciones futuras en la Iglesia y en el mundo”.
También asegura que la Virgen nos enseña cómo vivir cada día según lo que somos, “una fe sencilla y sincera”. Y destaca que la Virgen es fuente de inspiración para el camino de la Iglesia, “en su corazón quiero depositar el camino de nuestra Iglesia diocesana en este momento de la historia”.
Una vez finalizada la homilía del obispo, el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, realizó su ofrenda a la Virgen de la Vega, y apuntó que esta festividad es una oportunidad para profundizar en los lazos que nos unen, “para fomentar la concordia entre nosotros y recordar que el diálogo y el acuerdo son el camino más recto para afrontar los retos y dificultades que tenemos por delante”.
Antes de concluir la eucaristía con la bendición final, el vicario de Pastoral, Policarpo Díaz, invitó a la asamblea allí presente a participar en la próxima Semana de Pastoral, que se celebrará del 19 al 25 de septiembre. “Las sesiones serán a partir de las cinco de la tarde, en el auditorio de Calatrava, en la Casa de la Iglesia, y están todos invitados”, subrayó.
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