11/08/2022
ELENA LÓPEZ INGELMO, PEREGRINA DEL CAMINO DE SANTIAGO JOVEN
A veces hay que parar, respirar para volver a empezar, y nunca es tarde. Cada día es un nuevo inicio, el Camino de Santiago en mi caso fue planteado para realizar en familia, pero tuvimos la oportunidad a través de Molokai de poder hacerlo también en familia, pero una familia más grande.
El día a día a veces nos lleva a pensar que el mundo no es tan bueno ni bonito como pensábamos, sin embargo este tipo de experiencias, gracias a la PEJ en este caso, te hacen conocer a gente, te hacen vivir pequeños momentos, en los que piensas que todo vale la pena.
Desde que iniciamos el día con los ánimos de la gente hasta que te pones en marcha y en donde sin conocer a la gente vas hablando con ella, compartiendo experiencias, vivencias, apoyando cuando es necesario.
No importa la edad, no importa si piensas de una manera u otra, es más, basta con una simple sonrisa para entender ese “aquí estoy”. Ese trabajo en equipo, las risas, y anécdotas hasta llegar a Santiago. En mi caso tuve la suerte de hacerlo rodeado de grandes personas, además de mi madre y mi pareja, y teniendo presente a aquellas personas que no estaban junto a nosotros y nos hubiera encantado.
Ahora ya en casa, después de pensar, de meditar sobre lo vivido, las conversaciones, los consejos…el cambio está en marcha, el cambio a una mejor versión de mi misma, conmigo y para con los demás.