16/07/2022
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
147 Niños y niñas, de edades comprendidas entre los 6 y 14 años, emprendarán rumbo hacia San Martín del Castañar, el próximo lunes, 18 de julio, para participar en el séptimo campamento diocesano. Se trata de una experiencia cristiana de educación en la fe en el tiempo libre, que promueve el grupo de monitores Jerut, de la Delegación diocesana de Pastoral Juvenil de Salamanca.
Los niños estarán acampados en las instalaciones de La Legoriza, de la Junta de Castilla y León, y durante 13 días disfrutarán de los diferentes talleres, juegos, gymkanas, coreografías, teatro, rutas y veladas que se han organizado, y que en esta edición están ambientadas en el lejano Oeste.
El equipo del campamento diocesano está integrado por 24 monitores del grupo Jerut, que es el que organiza cada año esta actividad coordinado por Raúl Izquierdo, miembro del equipo apostólico de la Pastoral Juvenil diocesana y acompañante de estos jóvenes, y dos sacerdotes: Andrés González y Amable García, el responsable de esta delegación y el párroco de Guijuelo, respectivamente.
Alba Pedrosa es una de las monitoras que participa en el campamento. Éste será el tercer año que colabora con la Diócesis en su preparación y puesta en marcha. Esta joven destaca el contacto constante con la naturaleza, un campamento libre de “tecnologías, dispositivos móviles y electrónicos”. Una propuesta en la que los niños encontrarán mucha diversión y “a unos monitores muy motivados, con muchas ganas e ilusión”.
No en vano, esta actividad es fruto del trabajo de todo un año, en el que los jóvenes de Jerut mantienen encuentros periódicos para organizarlo, al tiempo que proponen otras actividades y convivencias durante el curso dirigidas a los niños que cada año participan en este campamento. Este año además han grabado un disco con sus canciones e himnos.
A Alba lo que más le motiva es lo que le transmiten los niños, “el campamento me da vida. Me hace vivirlo todo muy intensamente y aprendo mucho de los niños”. Destaca la ilusión con la que lo preparan y “la ‘piña’ que hacemos todos los monitores”, todo ello hace que el esfuerzo “se vea recompensado en todos los sentidos”.
Para Ángel Sánchez, otro de los monitores, este campamento se diferencia de los demás porque “lo orientamos todo hacia la fe, a crecer en valores y el encuentro con Jesús”.