29/06/2022
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
«María se puso en camino», esta cita del evangelio de san Lucas es el lema propuesto este año por el Departamento de Apostolado de la Carretera de la Conferencia Episcopal Española para celebrar la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico próximo domingo, 3 de julio, coincidiendo el inicio de los desplazamientos masivos por las vacaciones de verano.
Una jornada que se fijó, hace ya 54 años, próxima a la festividad del patrón de los conductores, San Cristóbal, y que en la Diócesis de Salamanca se va a celebrar el 10 de julio, en el día del patrón. Tras dos años sin poder festejarlo por la pandemia, la iglesia del Colegio San Agustín de Salamanca acogerá de nuevo la celebración de la eucaristía de la fiesta, a las 12:00 horas, que será presidida por el P. Gozvolker, OSA, y que concluirá con la bendición de vehículos en la Avenida de San Agustín nº 113, tal y como ha informado el responsable del Servicio diocesano de Apostolado en Carretera, David González, que organiza estos actos en colaboración con la Asociación de Transportistas de Salamanca.
Con motivo de la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad humana, en su mensaje para este año, ponen a María como modelo de servicio y de ayuda a los demás. Igual que María se puso en camino para visitar a su prima Santa Isabel, embarazada de seis meses, para prestarle su ayuda, “todos los días -señalan- hay millones de conductores, hombres y mujeres, que cogen su vehículo o transporte público, y se ponen en camino para acudir al trabajo, hacer gestiones, visitar enfermos, familiares y amigos o, sencillamente, pasar con la familia unos días de descanso”.
Los prelados recuerdan a los que se ponen en camino para ayudar a los demás en sus casas u hospitales. Y a los que se paran a socorrer a otros cuando en la carretera han sufrido un accidente de tráfico. También hacen una llamada a la responsabilidad a los conductores porque el riesgo cero “no existe”. Por eso, puntualizan, “hemos de respetar y cumplir fielmente las normas del código de circulación” y apelan a la conciencia y a las enseñanzas evangélicas “de hacer el bien a todos, hasta el punto de amar al prójimo como a uno mismo”. Porque la carretera “no debe ser únicamente un lugar de ir y de venir, sino también un lugar de vivir la fe, de encuentro, de diálogo, de disfrute, de convivencia, de oración…”. En la carretera, «el conductor asume una serie de obligaciones y responsabilidades cada vez que se pone en camino”.
Los obispos concluyen su mensaje pidiendo “a la Virgen Santísima de la Prudencia y a san Cristóbal” que “acompañen y guíen a todos los transportistas y conductores” para que “cada día lleguéis felizmente a vuestro destino”.
Cada año, desde el Departamento de Apostolado de la Carretera de la CEE preparan diferentes documentos para la celebración de la Jornada de responsabilidad en el tráfico, entre los que se encuentra el subsidio litúrgico, el subsidio para el monitor, una estampa oracional y el mensaje de los obispos.