29/06/2022
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
La Diócesis de Salamanca cuenta con un total de 82 sacerdotes mayores de 75 años, los cuales, en algunos casos, siguen teniendo alguna tarea pastoral en alguna parroquia de la ciudad o del medio rural. Su estado de salud les permite o no seguir celebrando allá donde se les requiera.
El obispo, Mons. José Luis Retana, ha mantenido un encuentro con ellos, pudieron acudir un total de 34, en el aula Virgen de la Vega de la Casa de la Iglesia. Como compartió en su presentación, la idea era encontrarse con ellos, los mayores de 75 años, “que son muy abundantes”.
En esta ocasión, era una pequeña representación, tanto de la residencia diocesana como los que viven fuera de ella. El prelado quería saber de primera mano cómo están, qué tareas hacen y cuál es su situación actual. “Pasar un rato juntos”, apuntó el obispo.
Uno a uno se fueron presentando. Algunos de los que viven en la residencia, su estado de salud no les permite desempeñar tareas pastorales, pero le comentaron que rezaban por su labor cada día. Otros celebran alguna eucaristía en parroquias de la capital, como San Juan de Sahagún, San Julián o Fátima, entre otras.
No es la única tarea, ya que algunos de los mayores de 75 años tienen a su cargo alguna parroquia en el medio rural, como la de Pelabravo, Nuevo Naharros, Calvarrasa de Abajo, Amatos o Parada de Arriba.
Otra tarea que se repite entre ellos es el acompañamiento espiritual en residencias de mayores o en conventos de religiosas, en mayor número en la ciudad.
También se compartieron experiencias en tareas actuales en el Tribunal de la diócesis, como juez; de voluntario en el centro penitenciario de Topas, de capellán en el hospital, o en la biblioteca de la Casa de la Iglesia, entre otras.
En algo que coincidieron muchos de estos sacerdotes mayores, es que a lo largo de su vida siempre han vivido con alguna hermana. Al respecto, Mons. José Luis Retana, reconocía que ellas se merecían, “un homenaje”, por esa dedicación.
Entre las demandas iniciales de este grupo de sacerdotes, ya tratadas en encuentros previos entre ellos, está la necesidad de una atención espiritual, y organizar retiros a los que puedan acudir ellos.
“A parte de veros y conoceros, a mí me interesa ver cómo estáis, si las cosas en la casa van bien, y si tenéis alguna dificultad o necesidad”, subrayó el prelado. La idea era conocer sus inquietudes, “o aquellos aspectos a mejorar”.