ACTUALIDAD DIOCESANA

06/05/2022

El clero celebra las bodas de plata y oro en la festividad de San Juan de Ávila

Ocho sacerdotes serán homenajeados este año por sus 25 y 50 años al servicio de la Iglesia desde su ordenación, con una celebración que tendrá lugar el 10 de mayo, a partir de las 10:30 horas

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Cada 10 de mayo, en la Diócesis de Salamanca se celebra la festividad de San Juan de Ávila (1500-1569), patrón del clero, en una jornada donde también se reconoce a los sacerdotes que cumplen las bodas de plata y oro de su ordenación sacerdotal, 25 y 50 años respectivamente.

Este año, los homenajeados son el obispo emérito de Almería, Mons. Adolfo González; el sacerdote diocesano Alfonso de Maruri,  el operario diocesano Santiago Luis de Vega, y, el agustino Juan José Sánchez, quienes fueron ordenados presbíteros en el año 1972; y José Ramón Mateos, Miguel Ángel González, Jesús Luengo y José Romelio Ramírez, que recibieron su ordenación sacerdotal en 1997.

La jornada, que se desarrollará en la Casa de la Iglesia, comenzará a las 10:30 horas con la acogida y presentación de los homenajeado, para pasar, sobre las 11:00, a la proyección de un vídeo con los testimonios de algunos de los homenajeados, y a las 11:30, el sacerdote salmantino, Ángel Cordovilla ofrecerá una ponencia. A las 13:00 horas se celebrará la eucaristía en la capilla mayor, presidida por el obispo de la Diócesis de Salamanca, Mons. José Luis Retana.

Coordinado por la Delegación del Clero

Domingo Martín junto al icono de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español.

El delegado diocesano para el Clero, Domingo Martín, recuerda que esta jornada sirve para poner el corazón, “en actitud de agradecimiento”. Este responsable recuerda unas palabras del papa Francisco: “Tenemos un desafío, el desafío de la mística, del encuentro, en el que debemos abrazarnos y nos debemos alegrar de poder compartir juntos y fortalecer la fraternidad sacramental que recibimos”, puntualizó. Martín asegura que el presbiterio forma una gran familia, “y queremos dar las gracias a Dios con unos actos sencillos”.

Algunos de los sacerdotes que cumplen sus bodas de plata y oro han querido realizar una reflexión en torno a esta fecha tan destacada para ellos. Alfonso de Maruri, que se ordenó como presbítero hace 50 años, quiere dar las gracias a Dios, “porque me ha mantenido fiel durante 50 años, que dan para mucho, y he tenido muchas dificultades, pero muchas alegrías y cosas positivas”, reconocía el actual párroco de Morille y capellán del centro penitenciario de Topas.

A modo de balance, asegura que cuando cierra los ojos piensa en positivo, “he sido muy feliz, con dificultades evidentes de todo tipo, pero estoy aquí y puedo afirmar que he vivido mi sacerdocio con mis faltas, con mis fallos y mis cosas positivas”.

Al servicio de los demás

Santiago Luis de Vega, quien también celebra sus bodas de oro sacerdotales, siempre ha estado a disposición de las necesidades de la Iglesia, y en la actualidad de la Diócesis de Salamanca. “Ha sido una vida dedicada a muchas tareas a lo largo de mi vida, teniendo que cambiar y reciclarme continuamente, atendiendo colegios mayores, menores, seminarios o editoriales, pero siempre con una mente de servicio y atención pastoral a las personas que más lo necesitaban”.

Hace medio siglo también se ordenó el agustino, Juan José Sánchez, quien ha pasado gran parte de su vida dedicada a la enseñanza, “mi verdadera vocación”. Tras su jubilación, se puso a las órdenes del obispo de la diócesis, Mons. Carlos López, quien le asignó cuatro pueblos que tiene en la actualidad: Torrejón, Encinas de Arriba, Sieteiglesias y Fresno Alhándiga. “Estoy satisfecho y a gusto, lo que pasa que no es igual estar ahí con 70 años que con 24 como cuando comencé”, reconoce. “He sido muy feliz dando clases y ahora me siento satisfecho echándole una mano a la diócesis”, añade.

Uno de los sacerdotes de las bodas de plata, 25 años de ministerio, es el sacerdote venezolano, José Romelio Ramírez, que en la actualidad es el párroco de una serie de pueblos de la Sierra de Francia, “donde me siento muy feliz, y soy sacerdote al 100%, amo mi porción, que son ese pueblo santo de Dios donde he sido destinado para regir pastoralmente, así que desde mi corazón bendigo esta diócesis, y siempre estaré dispuesto a lo que nuestro obispo, Mons. José Luis Retana, me pida”.

 

Alfonso, Santiago y Juan José junto al delegado diocesano del Clero, Domingo Martín.

 

 

 

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