29/10/2021
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Más de cien imágenes escultóricas cuelgan sobre los muros de la capilla Dorada, en la Catedral Nueva, también conocida como de Todos los Santos, porque entre esas tallas se encuentran personajes sagrados de la historia de la Iglesia universal. Este espacio de oración, con una finalidad funeraria, fue fundada en 1525 por un canónigo del templo, Francisco Sánchez Palenzuela.
Según relata el historiador del Arte y técnico de la Catedral, Raúl Benito, “fue la primera capilla que se hizo en las obras del templo nuevo, y el acceso se hacía desde la Vieja, a través de una puerta que más tarde quedaría cegada”. La finalidad era para el enterramiento de Sánchez Palenzuela y de su familia, de hecho, está el sepulcro tanto de este canónigo, como de sus padres, de su hermano Antonio y de su sobrino Martín. Como aclara este experto, “el dinero que las familias pudientes pagaban al Cabildo por la compra de las capillas, servía como forma de financiación de las obras de la Catedral Nueva”.
En cuanto al programa iconográfico de la capilla, con más de un centenar de obras, “nos muestra la historia de la salvación, con una serie de santos e imágenes que representan distintos personajes que ya han alcanzado la salvación, y forman parte de la Iglesia triunfante”.
Benito destaca algunas de las representaciones, comenzando por los primeros “padres”, Adán y Eva, “y aparecen otros, que son sibilas o profetisas, y hay que entender que estamos en el renacimiento, donde se reflejan también temas paganos, incluidos dentro de esa catequesis todavía medieval, pero combinando ya una forma que nos hace ver el pensamiento humanista”.
Adán y Eva se reflejan desnudos, y como detalla este historiador del Arte, “parece que ya han pecado y están avergonzados”. Otros personajes representados en esta capilla son Caín y Abel, “así como distintos personajes del antiguo testamento, y otros santos que tenían una gran devoción en el siglo XVI, como las mártires Santa Bárbara, Santa Lucía, Santa Águeda, o Santa Marina, que aparece con su cartela para diferenciarse también de Santa Margarita”.
En el altar de la capilla se puede ver un Calvario propio del momento, con un Cristo crucificado, “y unos ángeles que aparecen con un cáliz, en el que están recogiendo la sangre que cae de las manos y de las llagas de Cristo”, relata Raúl Benito. A la derecha de Cristo aparece la Virgen, y a la izquierda, San Juan Evangelista, propio del siglo XVI, para marcar la presencia real de la eucaristía”.
Otro detalle singular de la capilla de Todos los Santos son sus azulejos, en el suelo y las paredes, de Talavera de la Reina, originales del siglo XVI, “y con unos motivos que nos recuerdan a la Alhambra de Granada“, precisa. Y a los pies de la capilla aparece un pequeño coro y una tribuna, “con un púlpito donde estaba colocado un pequeño órgano que hoy está en la Catedral Vieja, de en torno a 1539, uno de los más antiguos que conserva la Catedral de Salamanca”.
Según argumenta este técnico de la Catedral, desde esta capilla funeraria se lanza el mensaje de la historia de la salvación, “y tiene un papel clave la imagen de la muerte, debajo de la cual aparece una descripción que dice: ‘Memento mori’ (recuerda que has de morir). En la actualidad, esta talla, de piedra policromada, se encuentra en la última edición de Las Edades del Hombre, en la Catedral de Burgos.