27/10/2021
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El director de la Comisión para los Laicos, Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española y secretario del Equipo Sinodal de la CEE, Luis Manuel Romero, intervino el pasado lunes en la formación permanente del clero, que estaba dedicada a profundizar en el tema: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.
Su tarea en el Equipo Sinodal es hacer de enlace entre la secretaría general del Sínodo, y los representantes de la fase diocesana sinodal en cada una de las diócesis españolas. En el encuentro con el clero diocesano, Romero intentó compartir “qué entendemos por sinodalidad“. Al respecto, insistió en que es la palabra de moda en la Iglesia, “pero quizás no todos la entendemos de la misma manera”.
En este sentido, este sacerdote subrayó que la sinodalidad no es algo actual, “el Papa Francisco lo ha puesto de moda en cierto sentido, pero la sinodalidad forma parte del ADN de la Iglesia”. Este responsable asegura que es una dimensión constitutiva de la Iglesia, “en cuanto que es misterio de comunión y tiene su fundamento en la Santísima Trinidad”.
Y, como determina, “siempre se ha intentado poner en práctica lo que es la sinodalidad, a través de sínodos, concilios… ), es decir, que esta experiencia que ahora vamos a hacer, tiene ya un amplio recorrido en la vida de la Iglesia”.
Luis Manuel Romero también recuerda que la Iglesia solo se entiende y se comprende en la medida en que es Sínodo, “somos un pueblo de Dios que caminamos juntos, porque eso es lo que significa esta palabra griega”.
La novedad que propone el Papa Francisco de cara a la preparación de este Sínodo de Obispos, que será en octubre de 2023, como detalla este responsable, “es que durante dos años, lo estemos preparando entre todos”, y supone un cambio de metodológica, “porque ahora vamos a reflexionar sobre la propia naturaleza de lo que significa ser Sínodo o hacer Sínodo”.
Este proceso se va a preparar en dos años, “haciendo primero un consulta a nivel de las iglesias particulares, de las diócesis, y después, de los continentes, y por último, será ese Sínodo de obispos de 2023“, como precisaba Romero.
El lema que el Papa ha escogido: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, según sus palabras, “está contenido todo lo que el Papa nos quiere transmitir”. Asimismo, aclara que el Papa más que hablar de Sínodo, “habla de proceso sinodal”.
Por otra parte, habla de tres pilares de una Iglesia sinodal. La comunión, la participación y la misión. El primero, se trata de que de nuevo descubramos que por el Bautismo todos formamos parte de la Iglesia, somos Iglesia, pueblo de Dios, “subrayar el tema de la corresponsabilidad, entre pastores, vida religiosa, laicos”.
En este sentido, quiere subrayar el papel del laicado en la vida de la Iglesia, “hablar de comunión nos lleva también a descubrir que los laicos no son cristianos de segunda categoría, no son cristianos por defecto, sino una vocación que hunde sus raíces en el Bautismo”.
En cuanto al tema de la participación, resalta el tema de la escucha. “El Sínodo nos plantea que durante este tiempo escuchemos a toda la gente, a los de dentro, y a ser posible, también a los de fuera, para que entre todos nos plantemos qué Iglesia queremos, partiendo de la Iglesia que tenemos”, sentenció Luis Manuel Romero. E interpela que sin que nos dé miedo, “a decir que hay ciertas cosas que no nos gustan de la Iglesia actual”.
Porque de lo que se trata, según el secretario del Equipo Sinodal, “es una actitud constructiva entre todos, cuál es la Iglesia que soñamos y que queremos hacer realidad, y esto lo tenemos que hacer escuchándonos unos a otros y escuchando al Espíritu Santo”. Este sacerdote deja claro que sino, no existe sinodalidad, “y es lo que se denomina discernimiento”.
Romero determina que este proceso sinodal es un momento “que podemos denominar “Kairós”, tiempo de gracia que el Señor nos regala a la Iglesia, a nivel universal, y a cada una de nuestras iglesias particulares“. Por otra parte, es una gran oportunidad para de nuevo sentarnos, “vivir la comunión, dialogar, escucharnos, pensando en que queremos una Iglesia mejor, más cercana al mundo, que lleva a cabo el anuncio del Evangelio de Jesús”.
Y ante esta nueva oportunidad invita a que la vivamos con ilusión, con esperanza y venciendo miedos. “Dejemos que sea el Espíritu Santo el que nos vaya llevando”.