ACTUALIDAD DIOCESANA

07/10/2021

Lectio divina del XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)

Jesús propone un camino de seguimiento que tiene un precio: amar al prójimo, desposeerse de uno mismo y de los bienes materiales. Compartir con Jesús su vida y su anuncio del Evangelio conlleva también compartir su destino

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Una semana más la Comisión diocesana para la Aplicación de la Asamblea sobre el Domingo invita a saborear en la oración la Palabra de Dios según el evangelio de cada domingo. Y este  domingo 10 de octubre, XXVIII del Tiempo Ordinario, la liturgia propone el pasaje evangélico de Marcos, en el capítulo 10, referido al joven rico que se acerca a Jesús buscando la forma de conseguir la vida eterna.  Se trata de un encuentro lleno de palabras, miradas, matices y gestos muy importantes que concluye con una enseñanza a sus discípulos sobre la riqueza.

Si el domingo pasado Jesús manifiesta a sus discípulos que “el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Mc 10,15), en este pasaje el Maestro muestra el camino para aquellos que quieran seguirle: pasarse a su amor, desposeyéndonos de nosotros mismos, también de nuestros bienes. Solo este gesto de abandono posibilita dejar las riquezas. El seguimiento produce frutos abundantes, en el “tiempo futuro vida eterna”. Compartir con Jesús su vida y su anuncio del Evangelio, dejando todo y siguiéndole, lleva también a compartir su destino, “participar en sus padecimientos” (Fil 3,10) y su rechazo en la cruz.

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Lectio divina - Domingo XXVIII T. Ordinario - Ciclo B

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