ACTUALIDAD DIOCESANA

14/05/2021

Vivir el sacerdocio en el mundo rural

Este sábado, 15 de mayo, se celebra el Día del Mundo Rural, bajo el lema “Vida en los pueblos, una respuesta ante la pandemia”. El sacerdote diocesano, Francisco Buitrago, nos acerca su labor en seis municipios de la zona de Alba de Tormes

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL

A Francisco Buitrago (Paco) le gusta la cercanía con la gente en el medio rural, y todos los valores que les transmiten, como el esfuerzo, el sacrificio o la generosidad. Este sacerdote diocesano tiene destinados seis pequeños pueblos de la comarca de Alba de Tormes: Anaya de Alba, Navales, Herrezuelo, Peñarandilla, La Lurda y Garcihernández.

Bendición de San Antón en Alba de Tormes. Foto: Yolanda Escribano.

Algunos de estos municipios tienen apenas 20 habitantes, como él mismo describe, mientras que también los tiene de tamaño mediano, o los que denomina grandes, de en torno a 400 personas residiendo allí todo el año.

“Llevo pocos años en el medio rural porque he estado en la ciudad antes, en una pastoral más social, en una barriada, y este es mi sexto curso”, apunta este párroco. De hecho, precisa que con más intensidad en sus pueblos ha estado volcado estos dos últimos años. “Una vez que he llegado aquí estoy descubriendo la riqueza de la vida de la gente, con unas historias hechas de mucho esfuerzo y sacrificio, de mucha generosidad y entrega”, subraya Buitrago.

Tener presencia con la Palabra de Dios

De forma especial, valora mucho estar con la gente, “la presencia, a parte de llevarles la eucaristía y la Palabra de Dios en la misa dominical, y entre semana también, que suelo hacerme presente por las tardes, cada día una vez a la semana en cada pueblo, donde celebramos la eucaristía”. Este sacerdote diocesano lamenta que con la pandemia no pueda estar más presente, “y se puede hacer menos, pero visito a los enfermos o a los más mayores”.

Traslado del Cristo del Amparo en Anaya de Alba. Foto: Yolanda Escribano.

Algo que ha percibido en el mundo rural es la despoblación y reconoce que en los pueblos, “abundan los mayores”. A Francisco Buitrago le gustaría poder fomentar espacios de encuentro entre los vecinos, “sobre todo con los mayores, que están muy solos en las casas”, pero es consciente que con la actual situación sanitaria es complicado.

Y auque reconoce que quedan jóvenes en los pueblos, la mayoría son personas mayores. Pero Buitrago mantiene un rayo de esperanza y confirma que cuando en la liturgia cantan el Aleluya, “sobre todo en algunos pueblos donde hay un coro”, le surge ese pensamiento, “en estos momentos en que parece que los pueblos van desapareciendo, que la gente mayor se va a ir muriendo, el canto del Aleluya no cabe duda que es un poco de esperanza”.  Y asegura que, como cura, junto a otros compañeros, “estoy llamado a transmitir esperanza, porque me aportan más a mí que yo a ellos”.

Acogida y agradecimiento

De los feligreses de sus pueblos valora la acogida y el agradecimiento, “te acogen tal cuál eres, te aceptan, y desde ahí, lo importante para mí en estos momentos es hacerme presente, y aportarles lo que soy, la cualidad que Dios me ha dado”.

Buitrago da gracias a Dios y cree que tiene muchos retos por delante, “y una vez que pase la pandemia, me gustaría hacerme todavía más presente”.

Procesión de San Silvestre, en Navales. Foto: Yolanda Escribano.
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