28/10/2020
Ricardo de Luis Carballada decidió su vocación religiosa al terminar el COU en el colegio de Dominicos de su ciudad natal, León. Con 19 años entró en la Orden de Predicadores, e inicia la responsabilidad de delegado de la Pastoral Universitaria de la Diócesis de Salamanca con 58 años. “En la Orden es donde he encontrado mi felicidad, mi realización y también como ser humano, y he encontrado experiencias maravillosas en mi vida”, admite.
En la actualidad, este dominico forma parte de la comunidad del Convento de San Esteban, y entre otras ocupaciones, es profesor de Teología, e imparte algunas clases en la Facultad de Comunicación y en la de Logopedia de la Universidad Pontificia de Salamanca. Además, Ricardo de Luis Carballada es director adjunto de una editorial de los Dominicos. Junto al sacerdote dominico, el equipo de Pastoral Universitaria está conformado por Mariano Montero, sacerdote de Adsis y párroco de Santa Marta de Tormes; Anna Lithgow, de la Hermandad de Operarias Evangélicas; María José Mariño, carmelita misionera; y a los jóvenes Ángel Fuentes de Arriba, Javier Marcos Santos, Alberto Alén Andrés, Pablo Juanes Velasco, Blanca Ruíz Llevot y Santiago Soto Mandaluniz, que desde hace años tienen una trayectoria de compromiso con la Diócesis de Salamanca en distintos ámbitos.
Con mucha sorpresa, porque no lo esperaba, estaba centrado en este otro ámbito de ocupaciones. Me llamó don Carlos en verano para ofrecerme esta posibilidad de trabajo pastoral, y lo primero, fue sentir mucha alegría, porque el mundo de los jóvenes siempre me ha atraído mucho. En mi trabajo pastoral es un mundo que hoy demanda mucha formación, para abrirse al encuentro con Jesucristo, y es una oportunidad favorable, para encontrarnos también como Iglesia con uno de los sectores más dinámicos de la sociedad, como es el juvenil, y, además, el universitario.
En primer lugar, nosotros venimos a continuar una labor que han hecho los anteriores equipos. Que a veces ellos la valoran con desánimo porque el terreno y la labor es difícil, pero la verdad es que partimos de los frutos y resultados de los otros equipos y delegados, que no son pocos. Nos hemos encontrado con un pequeño grupo de celebración que acude con regularidad a la celebración de la eucaristía los domingos, en torno a unas 60 personas, y eso nos aparece que en estas circunstancias no es poco. Y desde ahí vamos a intentar construir comunidad, presencia cristiana en la Universidad.
En segundo lugar, como equipo, somos 10 personas, que creo nos entendemos muy bien, que coincidimos en objetivos y en el estilo que queremos dar a la Pastoral Universitaria. Pero estamos en proceso de unión y conjunción, de poder trabajar como equipo entre nosotros. Hemos avanzado mucho en el tiempo que llevamos, y estamos pensando cómo elaborar un proyecto pastoral, y en ese sentido, nos está orientando mucho en las reuniones una lectura colectiva de la Christus Vivit, para encontrar objetivos y líneas maestras de fuerza para este trabajo.
Son tres. El primero, acompañar a los universitarios creyentes y creyentes practicantes, que los hay, y que a veces tienen mucha dificultad, que es la que tienen los jóvenes en la actualidad: vivir su fe en un ambiente cultural y socialmente muy hostil hacia las creencias religiosas. Y a veces, los jóvenes viven esta contradicción: queremos vivir como cristianos, pero también nos debemos generacionalmente a nuestros amigos, a nuestros compañeros de clase. Ahí hay una primera dificultad que necesita ser apoyada y acompañada. Entonces, este es un primer objetivo, acompañar a los jóvenes cristianos que quieren vivir su fe.
En segundo lugar, avivar el calor, avivar el fuego de los que tienen encendida ya la llama de la fe, y a lo mejor se han ido abandonando, o hay posiciones de la Iglesia que no acaban de entender y hacen que se distancien más, pero sabemos que si hay cercanía, si hay proximidad, esa chispa que tienen encendida se va a avivar.
Y, en tercer lugar, a las personas que están muy alejadas de la fe, que a lo mejor no han tenido educación religiosa, anunciarles que Jesucristo y que el cristianismo lo que ayuda es al crecimiento de las personas, que lo que nos hace es una propuesta de vida, y de vida en plenitud.
El equipo es grande, somos diez personas, y aunque parecen muchas, el trabajo es grande y fuerte, y hay como dos sectores de edad y de formación. Cuatro personas estamos más entradas en edad. Dos somos sacerdotes, Mariano, el párroco de Santa Marta y yo; una laica consagrada, que también trabaja en la Universidad, Ana: y una religiosa de la Universidad Pontificia y que ha estado en otros equipos de la Pastoral Universitaria y tiene mucha experiencia, que es María José.
Y luego están seis jóvenes de distintos grupos y carreras profesionales, que son fundamentales en el equipo, porque ellos son no solo la cara joven del equipo, nos aportan la perspectiva y orientan por dónde tiene que ir el trabajo: están Blanca, Javier, Pablo, Ángel, Alberto y Santi. Hemos constituido una primera comisión de comunicación que se encargue de las redes, de los diseños y la cartelería, y lo están bordando, porque en eso los jóvenes tienen mucha más facilidad que nosotros en esos lenguajes.
Como mucha gente en este país, queremos mirar a la pandemia con responsabilidad, pero también queremos olvidarnos un poco de ella, en el sentido de que no nos condicione demasiado la vida. Lo primero que nos planteamos es que evidentemente tenemos que hacer caso a las recomendaciones sanitarias, tenemos que cumplirlas con responsabilidad y con rigor, pero también tenemos que intentar hacer la vida lo más normalizada que podamos. Nosotros estamos haciendo la programación de actividades como si no existiera la pandemia, y luego adaptándolas a las condiciones de cada momento.
En un principio comenzamos las celebraciones en la iglesia de San Benito, pero con esta reducción de los aforos al 30% era un espacio que se nos quedaba pequeño, y por eso hemos tenido que ir a La Purísima. Hemos diseñado también una fiesta de acogida y encuentro en la que nos vayamos conociendo, también a las personas que se incorporan de nuevo a la Universidad de Salamanca, y puedan participar al proyecto. La tenemos preparada pero no la podemos celebrar hasta que no se levanten estas restricciones.
La Iglesia siempre dice, y no es una frase hecha ni una retórica, que lo único que puede dar es su gran tesoro, que es Jesucristo, la vida de Jesucristo, es lo que siempre ha dado y es lo que puede ofrecer a los jóvenes. El Papa Francisco, en la Christus vivit, lo señala de una manera muy original, recordando que Cristo fue joven y por consiguiente su mensaje tiene un carácter juvenil, y también los jóvenes se pueden identificar con esta persona, y recordar que Jesucristo es la fuente de la permanente juventud, también en la Iglesia. Lo que se puede ofrecer a los jóvenes es la vida de Jesús, es decir, misericordia y compasión, fortaleza, compresión, entendimiento, fraternidad…, algo de lo que está necesitado mucho nuestro mundo, y de lo que están necesitados también nuestros jóvenes. Los jóvenes necesitan horizontes amplios, causas grandes a las que entregarse, y la causa de Jesús es la más grande que hay en la historia de la humanidad. Esto es lo que podemos ofrecer: la vida de Jesús, un Jesús que vive y que está resucitado.
Cuando comentamos la Christus vivit nos ha parecido muy sorprendente una reflexión que como Iglesia tenemos que hacer más en profundidad, de que Jesucristo fue joven no solo como un hecho biográfico, sino que la juventud de la Iglesia es lo que nos llama a la renovación en la sociedad.
Creo que ese es un primer acento que queremos poner y que tenemos en la Christus vivit. Y luego, la perspectiva de este Papa y de este Pontificado, que hay que saber dialogar y estar cerca de los jóvenes. No se puede hacer pastoral juvenil, universitaria,…en cualquier sector de la población, si no te sabes sentar a escucharos, a hablarles, a dialogar… Yo creo que este Papa ha marcado muy bien el camino catequético en la Iglesia: el diálogo, el encuentro, el sentarnos y el hablar.
En el mundo en el que estamos, y más con la pandemia, necesitamos expresar nuestros sentimientos, contar lo que nos está pasando, cómo lo vivimos, cuáles son nuestras dificultades y nuestras heridas, y en medio de esa narración, encontrar la fortaleza que da la fe, Jesucristo. Creo que eso es lo que puede aportar la Pastoral Universitaria y es lo que nos pide el Papa, que hagamos un lugar de encuentro, un lugar de acompañamiento. Los jóvenes comentaban que el Papa, en la Christus vivit, habla de un Cristo humilde, y creo que esto es lo que el Papa Francisco pide a la sociedad, y es lo que ayudaría a hacer hoy de puente con la sociedad. A veces, la sociedad percibe a la Iglesia como con mucha arrogancia…
Fue muy curioso, yo que soy teólogo, no había caído en este rasgo, y fueron los mismos jóvenes los que dijeron: aquí está la clave del Cristo humilde, como actitud de encuentro y diálogo con la gente. Yo creo que este es el camino que el Papa abre: el encuentro, el diálogo, la humildad, la sencillez y que estamos al servicio de los jóvenes.
Estamos empezando a construir la relación y nuestra percepción es muy limitada porque apenas hemos tenido contacto. El mundo universitario, como la sociedad, es un mundo plural. Hay personas que dicen que la Iglesia y el cristianismo no deberían tener ningún lugar, y hay personas que son más sensibles e incluso en el ámbito de la comunidad universitaria, hay personas creyentes que esto lo entienden.
Lo más importante es abrir un diálogo institucional, tener alguna entrevista con los dos rectores, de la Universidad Pontificia y de la USAL, así como con los capellanes de las dos universidades, porque queremos abrir una vía de encuentro y diálogo institucional. Lo más importante es, como dice el Papa, que vayamos con humildad y sencillez, y en actitud de diálogo, de acompañamiento. Creo que donde hay esto se derriban muchos prejuicios y muchas barreras, y creo que esto es lo más importante.
Con los universitarios que hemos tenido contacto nos han recibido muy bien, incluso hemos tenido con algunos que es la primera vez que vienen a Salamanca, incluso han venido buscando la Pastoral Universitaria porque venían de otras ciudades universitarias españolas donde estaban ya incorporados, y venían buscándolo como un espacio de encuentro, de convivencia, de vida. También hemos hablado con los delegados de pastoral juvenil de las diócesis próximas a Salamanca, por si conocen a algún joven que esté en el proceso de vivencia y participación de la fe en sus parroquias, en sus comunidades cristianas, que busquen la manera en la que nosotros nos pongamos en contacto con ellos.
Nos gustaría que todo el que quiera vivir su fe aquí encuentre su espacio. Hemos puesto como lema que este local es “Tu casa”, y que la eucaristía que celebramos los domingos, es “Tu misa”, y eso nos lo queremos tomar muy en serio. Queremos que sea un local abierto para lo que sea: para venir a estudiar, hacer un trabajo juntos, para comer cuando a veces no hay mucho espacio entre clase y clase, aquí hay una cocina, un microondas… queremos que este sea un espacio vivo, donde haya risas, diálogos en profundidad, donde haya también celebración, y que sea sobre todo un espacio de acogida.
Nuestra idea es que esté abierto desde las 9.00 de la mañana hasta las 22.00 de la noche. Por empezar poco a poco, se abre todas las tardes, de lunes a viernes, de 18:00 a 20:00 horas, y también martes, jueves y sábados, de 12.00 a 14.00. Nuestra idea es que la gente venga con libertad a encontrarse un espacio en el que va a ser acogido, acompañado, escuchado si lo necesita y lo desea, y que encuentre un espacio de convivencia.
Nuestra Iglesia es plural y hay distintas espiritualidades, distintos acentos, distintos modos de seguir a Jesús, y personalmente, creo las instituciones diocesanas tienen que ser de integración, que acojan a todos. Estos seis jóvenes representan a grupos de voluntariado, de trabajo social, como puede ser Molokai, que atienden a los sin techo; u otros son de grupos que acentúan más su espiritualidad, como Hakuna, que también tienen su representación, u otros no son de ningún grupo, y quieren encontrar aquí su espacio.
Algunos párrocos nos han dicho, y lo pensamos hacer, es que tengamos muy presente a los universitarios que están vinculados a parroquias, porque son allí catequistas, porque allí tienen su lugar de referencia de la fe, que no van a venir a nuestras celebraciones, pero a lo largo del curso tendremos algún encuentro con jóvenes universitarios de parroquias para compartir nuestra experiencia de fe como cristianos en la Universidad.
Queremos que éste sea un espacio de integración de toda la riqueza y pluralidad que hay en la Iglesia, y que todos nos sintamos acogidos y unidos en quien nos convocan que es Jesús.