23/09/2020
La Vicaría de Pastoral junto con la Delegación Diocesana de Catequesis, Primer Anuncio y Catecumenado de Adultos han publicado una serie de sugerencias y un protocolo sanitario para llevar a cabo la catequesis de iniciación cristiana de niños jóvenes y adultos en las parroquias, en este nuevo curso pastoral 2020-2021 marcado por la pandemia del coronavirus.
Las recomendaciones establecidas en estos documentos están dirigidas a párrocos y catequistas quienes deberán adaptarlas a su realidad concreta con objeto de garantizar un marco seguro en el que desarrollar la actividad catequética y la transmisión de la fe. Además han elaborado un modelo de declaración responsable ante la covid-19 que deberán firmar los padres o tutores legales de los catecúmenos antes del inicio de la catequesis.
El delegado diocesano de catequesis, José Ángel Ávila, asegura que este nuevo momento de limitaciones e incertidumbre es un “momento de gracia” lleno de “oportunidades” para la acción apostólica en el que será necesaria “una mayor implicación de las familias” y en el que se debe aprovechar la centralidad de la Eucaristía dominical, principal “escuela de la fe”.
A la hora de iniciar las catequesis se tendrá en cuenta en todo momento la normativa vigente de las autoridades competentes (estatales, autonómicas y municipales) así como las medidas de prevención para evitar la propagación del virus.
Entre las modalidades de catequesis que se ofrecen está la presencial, “que debe ser prioritaria, en aquellos lugares donde se pueda hacer”. En los casos en los que no sea posible se favorecerá que sea semipresencial (una semana presencial y otra que se trabaje en casa) o familiar en casa . “Se priorizará en estas catequesis el contenido esencial que aparece en los catecismos de cada etapa”, como señala el responsable de catequesis, así como los recursos que elaboren los catequistas o los que están disponibles en la red. “Es un buen momento para poder conocer recursos digitales y crear un plan de catequesis on line, creando fichas desde los catecismos que se puedan enviar a las familias para que se realicen en casa de forma sencilla”, afirma Ávila quien sugiere además que “si la parroquia dispone de página web se pueden colgar después los trabajos realizados por los niños”.
Se invita a las parroquias a remitir a la Delegación diocesana de Catequesis sus programas catequéticos “para conocer lo que se está haciendo y si hay necesidades y a compartir recursos que puedan ayudar a otros”, indica su responsable, José Ángel Ávila. “Procuraremos ir colgando estos recursos en la página web diocesana para que puedan ser usados por todos”.
Los documentos elaborados por la Vicaría de Pastoral y la Delegación de Catequesis ofrecen recomendaciones sobre la formalización de las inscripciones (se sugiere favorecer la inscripción a través de los medios digitales); la organización de los grupos (no más de 8 miembros y en la medida de lo posible deberá primar el criterio de la pertenencia a un grupo estable -mismo colegio o incluso misma clase-); el acceso a las salas (los padres o las personas que lleven a los niños a catequesis no podrán acceder a las instalaciones), tanto a la entrada como a la salida los catequistas ofrecerán gel hidroalcohólico a los niños y se evitarán las aglomeraciones; por ello, se reduce la duración de la sesión de catequesis a 45 minutos. También ofrecen proponen medidas para el acondicionamiento de los espacios (donde siempre habrá mascarillas y gel desinfectante y se asegurará la distancia de seguridad); la utilización de recursos y materiales (no se podrán compartir materiales y se invita a implementar el uso de las nuevas tecnologías); la gestión de los aseos, así como aspectos relativos a la higienización de los espacios comunes.
El protocolo establece que cada catequista deberá llevar un registro de asistencia de cada sesión, “por si fuera requerido por las autoridades sanitarias en caso de posibles contagios” y “se responsabilizará de su grupo de manera estable, no pudiendo intercambiarse con otro catequista”. Además, sugieren a los párrocos que ponderen “la conveniencia de, en las circunstancias actuales, pedir a personas de riesgo por su salud o edad asumir el ministerio de catequistas”.
Se sugiere además que en aquellas parroquias con muchos niños y escasez de catequistas o dificultad de espacios, la catequesis del primer año de Comunión no se lleve a cabo y se trabaje más con cada familia “para conocerles, motivarles e implicarles desde el comienzo en la educación de la fe de sus hijos”.