16/04/2020
El Servicio de Asistencia Religiosa Católica (SARC) del Complejo Asistencial de Salamanca ha tenido que modificar su actividad por las medidas de prevención implantadas adaptándose a las nuevas circunstancias ante la pandemia del covid-19. El delegado de Pastoral de la Salud, Fernando García Herrero, es uno de los tres sacerdotes que realizan esta labor durante estos días.
“En estos días estamos muy atentos de los enfermos, especialmente de los contagiados por el coronavirus, la Iglesia también en este momento les acompaña”, apunta. El equipo que de forma habitual atiende este servicio religioso está integrado por 8 sacerdotes; Fernando, Santos González Sierra, José María Morales, Antonio Ruano Gómez, Andrés Pinto Barbero, José Vicente Gómez Gómez, Juan José Calles Garzón y Argimiro García Sánchez, así como dos religiosas: Mercedes Bayo Mayor, de los Sagrados Corazones y Pilar Sánchez Medina, religiosa de la Consolación, pero por diferentes situaciones, se ha tenido que reducir a tres y en este momento es atendido por José Vicente, Andrés y Fernando, como apunta este último:
“En este momento estamos solamente tres capellanes, porque otros cuatro son mayores y tienen riesgo, y otro capellán ha estado afectado por el virus”, detalla García. Su labor habitual ha cambiado desde el inicio de la pandemia, y como describe, “las visitas a las habitaciones están restringidas, salvo que lo soliciten los enfermos y en caso de urgencia para administrar los sacramentos”.
Con esta situación, ya no pueden visitar a los enfermos en las habitaciones de las diferentes plantas del hospital, “una labor que llevaban diariamente las dos religiosas, solo podemos administrar los sacramentos”, insiste este sacerdote. Pero su actividad va más allá, porque durante la semana tienen la capilla del hospital abierta de par en par, “para que se vea significativamente que está integrada en el conjunto del complejo hospitalario y el Santísimo está expuesto durante todo el día”. Además, celebran la eucaristía a diario, a las 12.00 del mediodía, aunque no puedan acudir fieles.
Junto a la entrada de la capilla han dispuesto una mesita, como explica Fernando García, “para que los enfermos pueden dejar a lo largo del día sus intenciones para la oración“, y además, han puesto la Palabra en un ambón móvil, “muy cerquita de la puerta, para quien quiera pueda acercarse y leer el evangelio de cada día”.
Por otra parte, este capellán también aclara que tratan de atender al personal del hospital, “desde los sanitarios, equipos de limpieza, celadores, mantenimiento, gerencia… “, porque asegura que están haciendo “una labor extraordinaria en este momento y también necesitan que les apoyemos y acompañemos”.