20/01/2020
Pedro Gómez es diácono de la iglesia española reformada episcopal, de la comunión anglicana. De las diferentes confesiones cristianas no católicas es la más antigua, con presencia en Salamanca desde el año 1869. Él está vinculado a esta iglesia desde hace más de 50 años, y como responsable, cerca de 30. Gómez es el encargado de realizar los cultos todos los domingos y festivos. “Nuestro símbolo de cristianos es la Cruz y el altar, donde se celebra la Santa Cena o eucaristía”, detalla. La comunidad en Salamanca es de unas 20 personas, “no es fácil incrementar el número, muchos han tenido que irse fuera a trabajar”, pero asegura que perseveran en la fe, “siguiendo las enseñanzas de su Señor y Maestro”.
Su primera sede estaba en el paseo de San Antonio, donde vivieron sus mejores años en cuanto al número de la comunidad. “Fue la primera iglesia, era muy grande, donde yo me acerqué cuando tenía 16 años, y ahora tengo 71”, relata. A él le enganchó porque la veía más participativa y comunicativa. Y detalla, que en su iglesia, “no hay imágenes, solo la Cruz, que es el único símbolo”. En cuanto a la liturgia, en su caso es más extensa y diferente, “cada día una distinta, según el tiempo que se celebre. Su eucaristía la denominan “Santa Cena”, y cuando no la realizan (suele ser cada dos semanas), celebran el culto matutino.
Otra diferencia, en su caso, por encima del obispo, no tienen más jerarquía, “en nuestra iglesia no existe un primado, y hay tanto hombres como mujeres en los cargos de obispo, presbíteros y diáconos”, y añade que tampoco existe el celibato. Su actual capilla está ubicada en la residencia Atilano Coco, en el paseo de los Olivos, 40-42. Coco fue un sacerdote protestante que fue fusilado en la Guerra Civil tras ser detenido y encarcelado, por sus creencias religiosas.
(Puedes leer el reportaje completo en la edición impresa de Comunidad, la revista oficial de la Diócesis de Salamanca). ¿Quieres suscribirte? lo puedes hacer en este enlace