18/10/2019
Los catequistas asumen una tarea fundamental en la evangelización de los niños en sus diferentes etapas dentro del camino de la fe. Por tradición, la etapa de preparación para la Comunión es la que agrupa el mayor número de niños, con edades comprendidas entre los 8 y los 10 años. Pero la Delegación diocesana de Catequesis no quiere anclarse en ese periodo, y además de reforzar la poscomunión, se ha propuesto impulsar la catequesis del Buen Pastor, a partir de los 3 años, y de manera más patente, la pastoral bautismal, con una nueva carpeta de material para que se trabaje en cada parroquia.
Los retos son inmensos para esta delegación, que desde el curso pasado analiza la situación actual en los diferentes arciprestazgos. Para ellos, escuchar es clave para poder dar respuesta a las realidades y necesidades de la diócesis. Porque no es lo mismo en el medio rural, que, en la capital o el alfoz, por población y su perfil.
Después de ese recorrido, el equipo de la delegación recogió algunas claves al respecto de la situación de la catequesis, como el aspecto de la formación, donde consideran que existe “una falta de catequistas formados” para poder iniciar en la fe, “en un nuevo contexto”. En este sentido, creen que es una de las tareas que más urgen para renovar la catequesis.
Además, comprobaron que el número de catequistas es escaso, “y en muchos casos no vocacionados, o son las mismas madres, haciendo un esfuerzo”. Respecto a la edad, salvo en el alfoz, que tienen una media de edad más joven, son personas mayores. Por sexos, una gran mayoría son mujeres, y destaca la implicación de las madres de los niños, así como de comunidades de religiosas, personas vinculadas a la parroquia, y en menor número, los propios sacerdotes.
En algo que coincidían los arciprestazgos es impulsar el primer anuncio con los padres que se acercan a las parroquias para bautizar a sus hijos, “y no gastar todas las energías con los niños”, porque consideran que si la familia no responde, “va a ser más difícil la catequesis con niños”.
Otra de las apuestas es la catequesis familiar, implantada ya en algunas zonas, como Santa Marta, “para trabajar la fe desde casa con la implicación de los padres”.
Para el delegado de Catequesis de la diócesis, José Ángel Ávila, “seguimos viviendo de las rentas”, en concreto, “haciendo una catequesis que no responde a los nuevos tiempos, donde no acabamos de saber cómo iniciar en la fe”.
Este sacerdote es consciente de que, en el fondo, “no sabemos ni acabamos de atinar con la respuesta, que no es otra de cómo se hace un cristiano”. Los niños que llegan a la catequesis de iniciación cristiana, apunta Ávila, “vienen sin un primer anuncio”, y para ello, desde esta delegación han apostado por potenciar esa etapa: “Para saber hacer un primer anuncio antes de la catequesis, y lo tenemos que saber hacer en una parroquia, a través de un proceso”, subraya.
Se plantea una cuestión: “¿Cómo hacer que una persona entre en el camino de la fe y se convierta en un cristiano?”, porque bajo su punto de vista, “seguimos convocando a los sacramentos, pero no debería de ser solo a eso, sino hacer caminos de fe para que la gente llegue a ser cristiano”.
Este delegado cree que en el tema de la catequesis se percibe “un desánimo, porque al no saber cómo hacerlo, hemos tirado la toalla, y nos falta decir: ¡Vamos a intentar cosas nuevas, conocer qué se hace en otros sitios!”. Y para ello, invita a los catequistas a que se pongan en contacto con su delegación, porque considera que hay esperanza. Entre otras iniciativas, pusieron en marcha el curso pasado, los Jueves de Iniciación, “aunque no se acercan a ello, sobre todo los más jóvenes”. José Ángel asegura que falta despertar la inquietud en todo esto, “quizás sea por falta de tiempo, o que el sacerdote no anima lo suficiente, y nosotros como delegación, tenemos que hacerlo”.
El próximo 9 de noviembre celebrará el encuentro diocesano de catequistas, que espera sea un encuentro de reflexión sobre todos estos temas.
Porque Ávila reitera que no se puede dar por perdida, “ni destruirla, se puede renovar desde lo que estamos haciendo, e iniciar caminos más allá de los sacramentos, como la novedad del Buen Pastor, para niños a partir de 3 años”.
Al respecto, desde la Delegación de Catequesis quieren dar a conocer otras experiencias y métodos que están funcionando en otras diócesis, “pero el problema es que se requiere de un equipo de catequistas que tengan tiempo, pero con entusiasmo sale adelante, y los tenemos”.
Asimismo, lanza una pregunta: “¿Quieres la iniciación cristiana de otra manera?”, a lo que responde, que sí se puede, que existen alternativas, “y por ahí va el futuro”.
Uno de los asuntos abordados en la última Semana de Pastoral fue la catequesis impartida en algunos colegios concertados, con una mesa de trabajo que abordó la situación actual. Algo que dejaron claro ambas partes, como recuerda Begoña Antolínez, misionera del Divino Maestro e integrante del equipo de la Delegación de Catequesis, es la necesidad de mejorar la coordinación entre todos: “Que en la catequesis de los colegios exista una referencia explícita a la vida parroquial”. Al respecto, relató algunos proyectos que se van a poner en marcha este curso, como en las Trinitarias, “que van a probar los dos primeros años de catequesis en el colegio, y el último, en la parroquia”. En este sentido, se incidió, como subraya, “en la necesidad de unir fuerzas y coordinarse todos para ir en la misma barca y misión”. Antolínez aclara que el gran reto es que la catequesis “sea un proceso en la fe, y no solo la preparación de la primera comunión”.
Entre las propuestas de mejora está la de buscar “momentos para propiciar el diálogo y la coordinación, para conocernos, porque en algunos casos, en los colegios no conocen a los párrocos”, así como potenciar la pastoral familiar, u otros aspectos, como no descuidar “la oración y la liturgia”. Por otra parte, se anima a que, con el inicio de este curso, se programen actividades comunes entre la catequesis del colegio y la parroquia, “para que se conozcan también los niños entre sí”.
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