27/02/2019
Como cada primer viernes de marzo, la Congregación de Nuestro Padre Jesús Rescatado celebra el besapiés de su imagen titular en la parroquia de San Pablo. Una cita a la que acuden miles de personas cada año al ser una de las tradiciones más arraigadas en la capital. Como apunta el hermano mayor de la congregación, Emilio Alberto Sánchez Tabernero, calculan que acuden unas 11.000 personas, sobre todo si el tiempo acompaña.
Desde hace unos años, la jornada de besapiés se adelanta al jueves para las personas mayores o con movilidad reducida, porque se decidió bajar la imagen del altar para sortear los escalones, que como también reconoce este responsable, “provocaba que las colas de gente fueran mucho más lentas”. De esta forma son muchas más las personas que pueden acceder a besar la imagen. En la actualidad, tanto el jueves como el viernes la imagen está accesible para todos, aunque el primer día se da prioridad a ese colectivo.
El jueves se comenzará con una oración por los enfermos a las 18:00 horas, y la eucaristía a las 19:30 horas, a cargo de su párroco, José Francisco Martín. El besapiés a Jesús Rescatado comenzará de forma oficial a las doce de la noche ya del viernes 1 de marzo, con la primera de las misas. Sobre la una y media de la madrugada cierran el templo, y a las siete vuelven a abrirlo, aunque no será hasta las 8.00 cuando empiece la primera de las eucaristías de ese día. Y hasta las 13:00 horas se celebra una misa cada hora, seis en total por la mañana, y se reanudan por la tarde a las 17:00 y hasta las 21:00 horas. Las diferentes misas las celebrarán sacerdotes de diversas comunidades religiosas, así como los diocesanos, con la presencia también del vicario general, Florentino Gutiérrez. Además, los fieles tendrán a su disposición a lo largo del día a diferentes confesores. El besapiés se desarrollará de manera ininterrumpida hasta las doce de la noche.
Cabe destacar que desde hace unos años, la congregación pone a disposición de personas mayores que viven en una residencia un autocar de forma gratuita para su traslado al templo. Emilio Alberto Sánchez Tabernero reconoce que el primer viernes de marzo siempre es muy especial para la congregación, “ver a la gente con tanta ilusión, y al repartir las estampitas, que no se lo esperan, y les notas nerviosos antes de besar la imagen”.